β¦βesta disputa electoral de ahora, con uno de los adversarios maniatado no honra mucho la sensibilidad democrΓ‘tica de quienes estΓ‘n dispuestos a anotarse el triunfo

β¦ βen vista de las manifiestas irregularidades con que se pretende arrebatarle el triunfo en los comicios (al pueblo zuliano) nos abstenemos de concurrir a las prΓ³ximas elecciones, pues o solamente se han quebrantado numerosas disposiciones de la Ley de Censo Electoral y de Elecciones, sino que se ha llegado al extremo de coartarle a los candidatos del pueblo el derecho de nombrar testigos que fiscalicen los actos de votaciΓ³n y escrutinioβ¦ Ante tal desmedida arbitrariedad que vicia por completo el proceso electoral, optamos por la actitud abstencionista, pues lo contrario contribuirΓa a hacernos cΓ³mplices de semejantes desmanes atentatorios de la libertad electoralβ. (Manifiesto de los candidatos populares al electorado democrΓ‘tico del Zulia, Dario El Heraldo, Caracas 29 de septiembre de 1938, P.6).
En 1957, la abstenciΓ³n fue tambiΓ©n la posiciΓ³n unΓ‘nime del pueblo venezolano y de las organizaciones polΓticas que se oponΓan a la dictadura perejimenista y a su pretensiΓ³n de prolongar su permanencia en el poder mediante la imposiciΓ³n de un fraude plebiscitario. La abstenciΓ³n como forma de lucha electoral que venΓa de ser desestimada en las elecciones constituyentistas de 1952, en esta oportunidad, como informa Pompeyo MΓ‘rquez β¦βobtiene un Γ©xito clamorosoββ¦ las colas de votantes, a diferencia de 1952, lucΓan escuΓ‘lidasββ¦ (Pompeyo MΓ‘rquez, βEl 23 de enero de 1958: la culminaciΓ³n de un proceso, en reconquista de la libertadβ, Caracas, Ediciones Centauro 82, 1982, P.355).
Es importante seΓ±alar que en las elecciones municipales del estado Zulia se abstuvo la mayorΓa del electorado de las distintas posiciones polΓticas en respuesta a la forma escandalosa asumida por los procedimientos fraudulentos puestos en prΓ‘ctica por el rΓ©gimen de LΓ³pez Contreras: el cual en todo momento puso de manifiesto su determinaciΓ³n de imponer un resultado electoral a su favor sin reparar en los medios; es decir, mediante el fraude, la manipulaciΓ³n, la coacciΓ³n judicial y la violencia (ver: βlas elecciones en el Zulia fueron un completo fracasoβ¦ porque la mayorΓa de los electoresβ¦ se negΓ³ a asistir a las urnasβ. Diario El Heraldo, Caracas, 29 de septiembre de 1938, P.6).
Dos aΓ±os despuΓ©s se realizan elecciones de este mismo tipo pero en condiciones aΓΊn mΓ‘s restrictivas que las de 1938, lo que hizo exclamar al doctor Juan Oropeza en su columna de prensa βTestimoniosβ:
β¦βesta disputa electoral de ahora, con uno de los adversarios maniatado no honra mucho la sensibilidad democrΓ‘tica de quienes estΓ‘n dispuestos a anotarse el triunfo -como se jactan en decir las cuadrillas gubernamentales- por las buenas, o por las malasβ. (J.O. Testimonios, Diario Ahora, Caracas, 9 de octubre de 1940, P.1).
Como puede verse, bajo el rΓ©gimen chavista, esas prΓ‘cticas propias de la barbarie antidemocrΓ‘tica enraizadas en nuestras estructuras sociales e institucionales, no sΓ³lo han aflorado de nuevo con una gran fuerza, sino que lo han hecho de manera reforzada y con caracterΓsticas de mayor contenido autoritario.
En el caso de la experiencia plebiscitaria fraudulenta de diciembre de 1957, el pueblo venezolano al negarse a concurrir (a participar con su voto), se anotΓ³ una decisiva victoria polΓtica, que dΓas despuΓ©s (el 23 de enero de 1958) habrΓa de convertirse en el principio del fin de la dictadura militarista perejimenista.
Hoy, como en las experiencias electorales de los aΓ±os 38 y 57, del siglo pasado, existen tantas o mΓ‘s razones polΓticas para abstenerse de participar en el nuevo simulacro electoral montado por la dictadura madurista, y para que la ciudadanΓa y la representaciΓ³n polΓtico-democrΓ‘tica del paΓs haga todo lo que estΓ© en sus manos para impedir su consumaciΓ³n, apegados estrictamente a lo dispuesto en los artΓculos 333 y 350 de la ConstituciΓ³n Nacional vigente.
Contrariamente a lo que viene planteando la oposiciΓ³n colaboracionista de la βmesitaβ, y el oportunismo participacionista de ΓΊltima hora, lo que se discute en relaciΓ³n con las βeleccionesβ parlamentarias en desarrollo no es simplemente si se participa o no, o si la conciencia mayoritaria del pueblo venezolano estΓ‘ por un cambio radical de la situaciΓ³n polΓtica (cuestiΓ³n que ya tuvo ocasiΓ³n de expresar amplΓsimamente en las elecciones parlamentarias del 6/12/15), sino, si ese nivel de conciencia podrΓ‘ expresarse en unas elecciones que como las del 20/05/18, han sido montadas por la dictadura con un doble objetivo:
1-el control absoluto de los poderes pΓΊblicos, con la incorporaciΓ³n de la Asamblea Nacional a su estructura de poder omnΓmoda;
y 2-exhibir ante la sociedad venezolana y el mundo entero, un resultado electoral βvictoriosoβ susceptible de ser presentado como prueba de su βlegalidadβ y βlegitimidadβ polΓtica.
Cabe recordar que ya esto ocurriΓ³ con las βeleccionesβ presidenciales del 20/05/18, cuyos resultados fueron calificados de fraudulentos por quien hiciera de candidato presidencial (comparsa) en esas elecciones, y que ahora aparece a nombre de la βoposiciΓ³nβ de la βmesitaβ como uno de los grandes promotores del nuevo simulacro electoral puesto en escena (despuΓ©s dirΓ‘ que el fraude estaba cantado) por la dictadura madurista para la realizaciΓ³n de los objetivos seΓ±alados.
ConfΓa Γ©sta que, con la complicidad de la βoposiciΓ³nβ de la βmesitaβ, con el concurso de los participacionistas de ΓΊltima hora, y con el uso delictivo y descarado que haga del aparato y los recursos del Estado para mover a sus huestes clientelares hacia los lugares de votaciΓ³n (el bono electoral) lograrΓ‘ montar el tinglado electoral urdido para el prΓ³ximo mes de diciembre. Supone la camarilla en el poder βsegada por el autoritarismo y la inescrupulosidad polΓtica que la caracterizan- que podrΓ‘ llevar a cabo ese objetivo impunemente en medio de los sufrimientos sin fin a los que estΓ‘ sometido el pueblo venezolano en estos momentos, y sin que tenga que arrostrar algΓΊn costo polΓtico. En su obsesiΓ³n y desesperaciΓ³n por echarle mano a la Asamblea Nacional democrΓ‘tica con el fin de prolongar su permanencia en el poder.
Se βolvidaβ esa camarilla (civil-militar) de nuestra historia; olvida que aquΓ hubo una dictadura vesΓ‘nica que tambiΓ©n intentΓ³ mediante la violencia y el fraude electoral, eternizarse en el poder, y todo terminΓ³ en la madrugada del 23 de enero de 1958, que aquΓ hay un pueblo que la repudia, que en casi un 90% (DatanΓ‘lisis) ha manifestado que no harΓ‘ presencia en el simulacro electoral, y que como dijera e hiciera el pueblo zuliano en 1938: no estΓ‘ dispuesto a concurrir a una consulta electoral viciadaβ¦, βpues lo contrario contribuirΓa a hacernos cΓ³mplices de esos desmanes atentatorios de la libertad electoralβ.
EL AUTOR es historiador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, co-fundador del partido Liga Socialista y exrector del Consejo Nacional Electoral. Autor de los libros βLegitimaciΓ³n de Poder y lucha polΓtica en Venezuelaβ y βEl medinismo, modernizaciΓ³n, crisis polΓtica y golpe de estadoβ.
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β¦ βen vista de las manifiestas irregularidades con que se pretende arrebatarle el triunfo en los comicios (al pueblo zuliano) nos abstenemos de concurrir a las prΓ³ximas elecciones, pues o solamente se han quebrantado numerosas disposiciones de la Ley de Censo Electoral y de Elecciones, sino que se ha llegado al extremo de coartarle a los candidatos del pueblo el derecho de nombrar testigos que fiscalicen los actos de votaciΓ³n y escrutinioβ¦ Ante tal desmedida arbitrariedad que vicia por completo el proceso electoral, optamos por la actitud abstencionista, pues lo contrario contribuirΓa a hacernos cΓ³mplices de semejantes desmanes atentatorios de la libertad electoralβ. (Manifiesto de los candidatos populares al electorado democrΓ‘tico del Zulia, Dario El Heraldo, Caracas 29 de septiembre de 1938, P.6).
En 1957, la abstenciΓ³n fue tambiΓ©n la posiciΓ³n unΓ‘nime del pueblo venezolano y de las organizaciones polΓticas que se oponΓan a la dictadura perejimenista y a su pretensiΓ³n de prolongar su permanencia en el poder mediante la imposiciΓ³n de un fraude plebiscitario. La abstenciΓ³n como forma de lucha electoral que venΓa de ser desestimada en las elecciones constituyentistas de 1952, en esta oportunidad, como informa Pompeyo MΓ‘rquez β¦βobtiene un Γ©xito clamorosoββ¦ las colas de votantes, a diferencia de 1952, lucΓan escuΓ‘lidasββ¦ (Pompeyo MΓ‘rquez, βEl 23 de enero de 1958: la culminaciΓ³n de un proceso, en reconquista de la libertadβ, Caracas, Ediciones Centauro 82, 1982, P.355).
Es importante seΓ±alar que en las elecciones municipales del estado Zulia se abstuvo la mayorΓa del electorado de las distintas posiciones polΓticas en respuesta a la forma escandalosa asumida por los procedimientos fraudulentos puestos en prΓ‘ctica por el rΓ©gimen de LΓ³pez Contreras: el cual en todo momento puso de manifiesto su determinaciΓ³n de imponer un resultado electoral a su favor sin reparar en los medios; es decir, mediante el fraude, la manipulaciΓ³n, la coacciΓ³n judicial y la violencia (ver: βlas elecciones en el Zulia fueron un completo fracasoβ¦ porque la mayorΓa de los electoresβ¦ se negΓ³ a asistir a las urnasβ. Diario El Heraldo, Caracas, 29 de septiembre de 1938, P.6).
Dos aΓ±os despuΓ©s se realizan elecciones de este mismo tipo pero en condiciones aΓΊn mΓ‘s restrictivas que las de 1938, lo que hizo exclamar al doctor Juan Oropeza en su columna de prensa βTestimoniosβ:
β¦βesta disputa electoral de ahora, con uno de los adversarios maniatado no honra mucho la sensibilidad democrΓ‘tica de quienes estΓ‘n dispuestos a anotarse el triunfo -como se jactan en decir las cuadrillas gubernamentales- por las buenas, o por las malasβ. (J.O. Testimonios, Diario Ahora, Caracas, 9 de octubre de 1940, P.1).
Como puede verse, bajo el rΓ©gimen chavista, esas prΓ‘cticas propias de la barbarie antidemocrΓ‘tica enraizadas en nuestras estructuras sociales e institucionales, no sΓ³lo han aflorado de nuevo con una gran fuerza, sino que lo han hecho de manera reforzada y con caracterΓsticas de mayor contenido autoritario.
En el caso de la experiencia plebiscitaria fraudulenta de diciembre de 1957, el pueblo venezolano al negarse a concurrir (a participar con su voto), se anotΓ³ una decisiva victoria polΓtica, que dΓas despuΓ©s (el 23 de enero de 1958) habrΓa de convertirse en el principio del fin de la dictadura militarista perejimenista.
Hoy, como en las experiencias electorales de los aΓ±os 38 y 57, del siglo pasado, existen tantas o mΓ‘s razones polΓticas para abstenerse de participar en el nuevo simulacro electoral montado por la dictadura madurista, y para que la ciudadanΓa y la representaciΓ³n polΓtico-democrΓ‘tica del paΓs haga todo lo que estΓ© en sus manos para impedir su consumaciΓ³n, apegados estrictamente a lo dispuesto en los artΓculos 333 y 350 de la ConstituciΓ³n Nacional vigente.
Contrariamente a lo que viene planteando la oposiciΓ³n colaboracionista de la βmesitaβ, y el oportunismo participacionista de ΓΊltima hora, lo que se discute en relaciΓ³n con las βeleccionesβ parlamentarias en desarrollo no es simplemente si se participa o no, o si la conciencia mayoritaria del pueblo venezolano estΓ‘ por un cambio radical de la situaciΓ³n polΓtica (cuestiΓ³n que ya tuvo ocasiΓ³n de expresar amplΓsimamente en las elecciones parlamentarias del 6/12/15), sino, si ese nivel de conciencia podrΓ‘ expresarse en unas elecciones que como las del 20/05/18, han sido montadas por la dictadura con un doble objetivo:
1-el control absoluto de los poderes pΓΊblicos, con la incorporaciΓ³n de la Asamblea Nacional a su estructura de poder omnΓmoda;
y 2-exhibir ante la sociedad venezolana y el mundo entero, un resultado electoral βvictoriosoβ susceptible de ser presentado como prueba de su βlegalidadβ y βlegitimidadβ polΓtica.
Cabe recordar que ya esto ocurriΓ³ con las βeleccionesβ presidenciales del 20/05/18, cuyos resultados fueron calificados de fraudulentos por quien hiciera de candidato presidencial (comparsa) en esas elecciones, y que ahora aparece a nombre de la βoposiciΓ³nβ de la βmesitaβ como uno de los grandes promotores del nuevo simulacro electoral puesto en escena (despuΓ©s dirΓ‘ que el fraude estaba cantado) por la dictadura madurista para la realizaciΓ³n de los objetivos seΓ±alados.
ConfΓa Γ©sta que, con la complicidad de la βoposiciΓ³nβ de la βmesitaβ, con el concurso de los participacionistas de ΓΊltima hora, y con el uso delictivo y descarado que haga del aparato y los recursos del Estado para mover a sus huestes clientelares hacia los lugares de votaciΓ³n (el bono electoral) lograrΓ‘ montar el tinglado electoral urdido para el prΓ³ximo mes de diciembre. Supone la camarilla en el poder βsegada por el autoritarismo y la inescrupulosidad polΓtica que la caracterizan- que podrΓ‘ llevar a cabo ese objetivo impunemente en medio de los sufrimientos sin fin a los que estΓ‘ sometido el pueblo venezolano en estos momentos, y sin que tenga que arrostrar algΓΊn costo polΓtico. En su obsesiΓ³n y desesperaciΓ³n por echarle mano a la Asamblea Nacional democrΓ‘tica con el fin de prolongar su permanencia en el poder.
Se βolvidaβ esa camarilla (civil-militar) de nuestra historia; olvida que aquΓ hubo una dictadura vesΓ‘nica que tambiΓ©n intentΓ³ mediante la violencia y el fraude electoral, eternizarse en el poder, y todo terminΓ³ en la madrugada del 23 de enero de 1958, que aquΓ hay un pueblo que la repudia, que en casi un 90% (DatanΓ‘lisis) ha manifestado que no harΓ‘ presencia en el simulacro electoral, y que como dijera e hiciera el pueblo zuliano en 1938: no estΓ‘ dispuesto a concurrir a una consulta electoral viciadaβ¦, βpues lo contrario contribuirΓa a hacernos cΓ³mplices de esos desmanes atentatorios de la libertad electoralβ.

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