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La RomΓ‘ntica

(In)Visibilizar la pobreza (1/3)

Como parte del dossier POBRE VENEZUELA POBRE, se publica aquΓ­ el primero de tres ensayos que la crΓ­tica de arte Johanna PΓ©rez Daza ha escrito para reflexionar sobre los vΓ­nculos entre pobreza y fotografΓ­a
Serie Los olvidados / Alexis PΓ©rez-LunaΒ©

Por JOHANNA PÉREZ DAZA

El gigante camaleΓ³nico. Pareciera el nombre de un cuento infantil, pero es la figura con la que creo que mejor se puede reflexionar acerca de la pobreza y su relaciΓ³n con la fotografΓ­a venezolana. Lo gigantesco no amerita mayores explicaciones en un paΓ­s en el que, al cierre de 2019 (1), solo 3% de los hogares en Venezuela tiene seguridad alimentaria, 96% estΓ‘n en situaciΓ³n de pobreza y 79% en pobreza extrema. Lo camaleΓ³nico, por su parte, refiere a las formas que adopta este concepto en el marco de las representaciones visuales y sus transformaciones segΓΊn las circunstancias: en algunos casos se muestra de manera directa e imponente, mientras que en otros se camufla o hace una delicada apariciΓ³n β€”como telΓ³n de fondo, contexto o insinuaciΓ³nβ€” en trabajos fotogrΓ‘ficos que abordan otros tΓ³picos. Desde el fotoperiodismo y el documentalismo, hasta expresiones autorales y metafΓ³ricas, este gigante camaleΓ³nico β€”e incluso caprichosoβ€” que es la pobreza se presenta de distintos colores y formas, siendo recurrente y diversamente tratada en la fotografΓ­a venezolana. A veces se presenta en toda su crudeza, otras se escurre dejando apenas un rastro. FotΓ³grafos en diferentes momentos y desde diversas perspectivas han tocado el tema de la pobreza, algunos lo han buscado intencionadamente y otros se lo han topado, chocando con este gigante β€œroba cΓ‘mara” que se atraviesa.

No es un tema exclusivo de Venezuela y hay grandes trabajos que, desde diferentes momentos y latitudes, han hecho visible sus particularidades. África ha sido, especialmente, fotografiada β€”por Kevin Carter, James Nachtwey, entre otrosβ€” a partir de los estragos que la pobreza ha causado en los paΓ­ses del continente. Por otra parte, la obra de fotΓ³grafos como Jacob Riis, Lewis Hine y los miembros de la Farm Security Administration destaca por haber impulsado transformaciones a favor de los menos favorecidos.

La intenciΓ³n de estas lΓ­neas es recorrer este sinuoso camino y concatenar algunas propuestas fotogrΓ‘ficas que han tocado, directa e indirectamente, a la pobreza en Venezuela. No pretendo inventariar obras ni delinear una cronologΓ­a, sino cruzar algunos trabajos que nos permitan aproximarnos desde distintas perspectivas en una suerte de polifonΓ­a discursiva que asume conscientemente los riesgos de tratar este tema complejo, amplio y multifactorial. La fotografΓ­a, en este sentido, serΓ‘ el anclaje y punto focal.Serie Los olvidados / Alexis PΓ©rez-LunaΒ©

Los pobres β€œsiempre”

Hay una frase del Nuevo Testamento que resuena en mΓ­ constantemente: β€œPorque a los pobres siempre los tendrΓ‘n con ustedes…” (Mateo 26:11, Marcos 14:7). En algunas traducciones y versiones de la Biblia, esta afirmaciΓ³n de JesΓΊs aparece conjugada en presente: β€œSiempre tienen a los pobres con ustedes”, lo que no cambia en la mayorΓ­a de ellas es la fuerza de la palabra β€˜siempre’ y su carga condenatoria y profΓ©tica. Una aΓ±eja interpelaciΓ³n o un persistente llamado de atenciΓ³n. En todo caso, una punzante frase que se detiene en los pobres como sujetos de carne y hueso, y no solo en la pobreza como concepto.

En la fotografΓ­a el tratamiento de los pobres y la pobreza es de larga data, y es que llevamos aΓ±os arrastrΓ‘ndola. En El Cojo Ilustrado (1892 y 1915) Henrique Avril publicΓ³ fotografΓ­as de individuos anΓ³nimos de distintas partes del territorio nacional: β€œParte de sus fotografΓ­as son testimonios de personas famΓ©licas, afectadas por la RevoluciΓ³n Libertadora, envueltas en la pobreza y el miedo” (Pignataro, 2011). Entre otras imΓ‘genes, la serie conocida como Consecuencias de la guerra, de 1903, muestra la devastaciΓ³n esparcida por el paΓ­s, ya que logra movilizarse por distintos lugares y empieza a establecer puentes comunicantes entre regiones que permanecΓ­an inconexas y alejadas. Aunque se trata de fotos posadas β€”largas exposiciones, pesados equipos y limitaciones tΓ©cnicas del momento no permitΓ­an mucho mΓ‘sβ€”, son un esfuerzo y una evidencia de la dramΓ‘tica situaciΓ³n nacional de principios del siglo XX: β€œβ€¦ La lente de Avril recogΓ­a los estragos de la miseria, el hambre y el horror que el paso de los ejΓ©rcitos dejaba sobre una tierra delirante y devastada” (Cuenca cp Pignataro).

A medida que la fotografΓ­a ganΓ³ lugar en la prensa nacional y hasta nuestros dΓ­as de medios digitales, la pobreza ha sido capturada de diferentes formas, pasando de lo rural a lo urbano, del registro a la denuncia. La difusa lΓ­nea que separa los gΓ©neros fotogrΓ‘ficos permite ubicar en el poroso borde del documentalismo β€”tal vez acompaΓ±ado del adjetivo socialβ€” de las dΓ©cadas de los 60, 70 y 80 trabajos de autores como Daniel GonzΓ‘lez, Paolo Gasparini, SebastiΓ‘n Garrido, Vladimir Sersa, Alejandro Toro, entre otros que han tocado temas colindantes. Entre 1973 y 1977 Alexis PΓ©rez-Luna desarrollΓ³ un extenso trabajo sobre la desnutriciΓ³n infantil recogido en la serie Los olvidados. Posteriormente, la Universidad SimΓ³n BolΓ­var publicΓ³ el libro Venezuela Desnutrida con fotografΓ­as de PΓ©rez-Luna y Ricardo Armas.

La gente, el espacio y el contexto son los grandes ejes que van definiendo la imagen. Destacan ensayos y series detrΓ‘s de los que hay un proceso de reflexiΓ³n e investigaciΓ³n, distanciado de la inmediatez noticiosa. AcΓ‘ se inscriben algunos trabajos recogidos en la exhibiciΓ³n Al encuentro (2019) β€”presentada en la Sala Trasnocho Arte Contactoβ€” que tuvo como epicentro las visiones del barrio, con Γ©nfasis en la ciudad de Caracas. Uno de los mΓ‘s conocidos es ImΓ‘genes de La Ceibita (1976-1983) de Carlos GermΓ‘n Rojas, documento y relato de una comunidad, la del propio fotΓ³grafo, quien descubre las vivencias y la cotidianidad de un barrio en el que la fiesta, la calle, la amistad, el juego, la cancha, los oficios y la familia delinean la intimidad compartida. TambiΓ©n desde la cercanΓ­a, Daniel Camacaro estructura la serie Somos nosotros mismos (2009) en la que resalta el rostro amable del barrio desde las relaciones y personajes retratados.

Los proyectos Voces de un lugar imposible (2011) y Coexistencia 38 miradas (2018) producidos por Diana Rangel y Espacio Anna Frank, respectivamente, buscaron la documentaciΓ³n del entorno y la vida desde la Γ³ptica de los propios habitantes de las comunidades con las que trabajaron, especΓ­ficamente desde la mirada de niΓ±os y adolescentes que, en el caso del segundo proyecto, incluyΓ³ a jΓ³venes en situaciones lΓ­mite, denominados como β€˜malandros’ segΓΊn refiere la fotΓ³grafa. En ambos casos los participantes realizaron las imΓ‘genes a partir de sus propios significados, enlazando la experimentaciΓ³n y la autorrepresentaciΓ³n.De la serie Them as a fountain | Alexander ApΓ³stolΒ©

Esta intenciΓ³n de conocer el interior del barrio, su realidad y vivencia pero, sobre todo, de establecer vΓ­nculos integradores, se aprecia en El Ojo de Franklin (1997) una serie realizada conjuntamente por la fotΓ³grafa Diana LΓ³pez y el niΓ±o Franklin Osorio. β€œLΓ³pez narra que todo comenzΓ³ como una pequeΓ±a turbaciΓ³n de la mirada a partir de la relaciΓ³n sostenida con aquel niΓ±o de siete aΓ±os, Franklin Osorio, hijo de una mujer que cocinaba en la casa de sus padres durante aquella Γ©poca. La inquietud surgiΓ³ al pensar en el trΓ‘nsito dicotΓ³mico que el chico debΓ­a experimentar, entre la convivencia semanal en esta casa de la urbanizaciΓ³n SebucΓ‘n y el traslado al barrio, JosΓ© FΓ©lix Rivas en Petare. El proceso surgiΓ³ mediante el intercambio y el vΓ­nculo. Ella le dio una cΓ‘mara pequeΓ±a y le enseΓ±Γ³ algunos criterios fotogrΓ‘ficos en tanto que Γ©l, con la autorizaciΓ³n previa de sus padres, comenzΓ³ a traerle el registro de su dΓ­a a dΓ­a, abriendo un puente desde aquel otro lado de esa vida comΓΊn que ambos compartΓ­an”, escribe Lorena GonzΓ‘lez.

Sin romantizar o idealizar el concepto, es evidente que, en estos casos, la pobreza no es el foco central sino, mΓ‘s bien, una idea referencial que la bordea al retratar a la gente y sus experiencias desde lo comunitario. Durante mucho tiempo hemos hablado de personas ricas y pobres, de paΓ­ses ricos y pobres e incluso actualmente se habla de inforicos e infopobres. En estas categorΓ­as subyacen otras diferenciaciones y demarcaciones: ellos-nosotros, allΓ‘-aquΓ­. Los eufemismos vienen al rescate de la incomodidad y posiciona tΓ©rminos como: personas de bajos recursos, comunidades vulnerables, poblaciΓ³n en riesgo.

Violencia, inseguridad, delincuencia, vagancia son ideas que tambiΓ©n se asocian a una pobreza que sigue confundiΓ©ndose β€”y confundiΓ©ndonosβ€” al ser causa y consecuencia de problemas de diversa Γ­ndole. Los estereotipos homogenizan personas y espacios, las generalizaciones y las malas noticias arropan otros valores que prevalecen o despiertan en medio de las adversidades. Sirva, a modo de ejemplo, el conocido barrio de Petare que, como se sabe, es uno de los mΓ‘s grandes de LatinoamΓ©rica. En plena pandemia del covid-19 fue lugar de enfrentamientos entre bandas armadas y Γ³rganos de seguridad de un Estado que ha perdido β€”ΒΏo cedido?β€” el control de muchas zonas. Luego de dΓ­as de angustia en los que muchos de sus habitantes β€”la mayorΓ­aβ€” quedaron atrapados entre tiroteos y amenazas que parecΓ­an interminables, se organizaron actividades para recuperar el espacio pΓΊblico, tales como una funciΓ³n de cine al aire libre desde una platabanda, actos religiosos y musicales capturadas por los fotoperiodistas Rayner PeΓ±a (Agencia EFE) e IvΓ‘n Reyes (Efecto Cocuyo) los cuales mostraron, no solo otra cara sino la voluntad, participaciΓ³n y organizaciΓ³n que tambiΓ©n se abre paso.

En Them as a fountain (2004) Alexander ApΓ³stol profundiza las complejas relaciones entre el espacio y las personas: β€œLa ciudad informal o los cordones de miseria en Caracas se han generado principalmente a partir de las oleadas de personas atraΓ­das por el vertiginoso desarrollo moderno de la ciudad. Γ‰stas participaron en el crecimiento de su infraestructura, ejemplificado en las plazas y fuentes que celebran los espacios formales de la ciudad. La mayorΓ­a de estos espacios han colapsado estrepitosamente por su crecimiento anΓ‘rquico y desmedido, generando abismales contrastes sociales entre la ciudad formal y la informal que se manifiestan, entre otras cosas, en la concepciΓ³n del espacio pΓΊblico. A partir de la idea de Self-portrait as a Fountain de Bruce Nauman, pero en un contexto antΓ­poda como son los apiΓ±ados barrios caraqueΓ±os, propuse a miembros de las pandillas que los delimitan y a vecinos del sector, que determinaran quΓ© espacios consideraban seguros y estratΓ©gicos, y que seΓ±alaran lo propio y lo privado dentro del espacio pΓΊblico. Una vez ahΓ­ elevaban la fuente portΓ‘til, o simulaban ser una, convirtiΓ©ndose en ese momento en el centro glorioso del barrio en cuestiΓ³n”, comenta el artista.Consecuencias de la guerra | Henrique Avril Β©

Los trabajos mencionados se circunscriben a la capital venezolana en la que la que abundan las desigualdades y contradicciones, en la que los polΓ­ticos reciclan promesas de β€˜embellecimiento’ de los cerros y ranchos (siendo la mΓ‘s reciente, pero no la ΓΊnica, la Gran MisiΓ³n Barrio Nuevo, Barrio Tricolor) con la descarnada insinuaciΓ³n de que es mΓ‘s conveniente maquillar que construir; a fin de cuentas, al populismo le viene bien la pobreza y su perpetuaciΓ³n. β€œTe lo ponemos bonito, porque de aquΓ­ no vas a salir”, parece el lema detrΓ‘s del cual se esconde otra aguda afirmaciΓ³n: La pobreza aniquila el futuro, al negar oportunidades… A los pobres… siempre.

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