Como parte del dossier POBRE VENEZUELA POBRE, se publica aquΓ el primero de tres ensayos que la crΓtica de arte Johanna PΓ©rez Daza ha escrito para reflexionar sobre los vΓnculos entre pobreza y fotografΓa
Serie Los olvidados / Alexis PΓ©rez-LunaΒ©
Por JOHANNA PΓREZ DAZA
El gigante camaleΓ³nico. Pareciera el nombre de un cuento infantil, pero es la figura con la que creo que mejor se puede reflexionar acerca de la pobreza y su relaciΓ³n con la fotografΓa venezolana. Lo gigantesco no amerita mayores explicaciones en un paΓs en el que, al cierre de 2019 (1), solo 3% de los hogares en Venezuela tiene seguridad alimentaria, 96% estΓ‘n en situaciΓ³n de pobreza y 79% en pobreza extrema. Lo camaleΓ³nico, por su parte, refiere a las formas que adopta este concepto en el marco de las representaciones visuales y sus transformaciones segΓΊn las circunstancias: en algunos casos se muestra de manera directa e imponente, mientras que en otros se camufla o hace una delicada apariciΓ³n βcomo telΓ³n de fondo, contexto o insinuaciΓ³nβ en trabajos fotogrΓ‘ficos que abordan otros tΓ³picos. Desde el fotoperiodismo y el documentalismo, hasta expresiones autorales y metafΓ³ricas, este gigante camaleΓ³nico βe incluso caprichosoβ que es la pobreza se presenta de distintos colores y formas, siendo recurrente y diversamente tratada en la fotografΓa venezolana. A veces se presenta en toda su crudeza, otras se escurre dejando apenas un rastro. FotΓ³grafos en diferentes momentos y desde diversas perspectivas han tocado el tema de la pobreza, algunos lo han buscado intencionadamente y otros se lo han topado, chocando con este gigante βroba cΓ‘maraβ que se atraviesa.
No es un tema exclusivo de Venezuela y hay grandes trabajos que, desde diferentes momentos y latitudes, han hecho visible sus particularidades. Γfrica ha sido, especialmente, fotografiada βpor Kevin Carter, James Nachtwey, entre otrosβ a partir de los estragos que la pobreza ha causado en los paΓses del continente. Por otra parte, la obra de fotΓ³grafos como Jacob Riis, Lewis Hine y los miembros de la Farm Security Administration destaca por haber impulsado transformaciones a favor de los menos favorecidos.
La intenciΓ³n de estas lΓneas es recorrer este sinuoso camino y concatenar algunas propuestas fotogrΓ‘ficas que han tocado, directa e indirectamente, a la pobreza en Venezuela. No pretendo inventariar obras ni delinear una cronologΓa, sino cruzar algunos trabajos que nos permitan aproximarnos desde distintas perspectivas en una suerte de polifonΓa discursiva que asume conscientemente los riesgos de tratar este tema complejo, amplio y multifactorial. La fotografΓa, en este sentido, serΓ‘ el anclaje y punto focal.Serie Los olvidados / Alexis PΓ©rez-LunaΒ©
Los pobres βsiempreβ
Hay una frase del Nuevo Testamento que resuena en mΓ constantemente: βPorque a los pobres siempre los tendrΓ‘n con ustedesβ¦β (Mateo 26:11, Marcos 14:7). En algunas traducciones y versiones de la Biblia, esta afirmaciΓ³n de JesΓΊs aparece conjugada en presente: βSiempre tienen a los pobres con ustedesβ, lo que no cambia en la mayorΓa de ellas es la fuerza de la palabra βsiempreβ y su carga condenatoria y profΓ©tica. Una aΓ±eja interpelaciΓ³n o un persistente llamado de atenciΓ³n. En todo caso, una punzante frase que se detiene en los pobres como sujetos de carne y hueso, y no solo en la pobreza como concepto.
En la fotografΓa el tratamiento de los pobres y la pobreza es de larga data, y es que llevamos aΓ±os arrastrΓ‘ndola. En El Cojo Ilustrado (1892 y 1915) Henrique Avril publicΓ³ fotografΓas de individuos anΓ³nimos de distintas partes del territorio nacional: βParte de sus fotografΓas son testimonios de personas famΓ©licas, afectadas por la RevoluciΓ³n Libertadora, envueltas en la pobreza y el miedoβ (Pignataro, 2011). Entre otras imΓ‘genes, la serie conocida como Consecuencias de la guerra, de 1903, muestra la devastaciΓ³n esparcida por el paΓs, ya que logra movilizarse por distintos lugares y empieza a establecer puentes comunicantes entre regiones que permanecΓan inconexas y alejadas. Aunque se trata de fotos posadas βlargas exposiciones, pesados equipos y limitaciones tΓ©cnicas del momento no permitΓan mucho mΓ‘sβ, son un esfuerzo y una evidencia de la dramΓ‘tica situaciΓ³n nacional de principios del siglo XX: ββ¦ La lente de Avril recogΓa los estragos de la miseria, el hambre y el horror que el paso de los ejΓ©rcitos dejaba sobre una tierra delirante y devastadaβ (Cuenca cp Pignataro).
A medida que la fotografΓa ganΓ³ lugar en la prensa nacional y hasta nuestros dΓas de medios digitales, la pobreza ha sido capturada de diferentes formas, pasando de lo rural a lo urbano, del registro a la denuncia. La difusa lΓnea que separa los gΓ©neros fotogrΓ‘ficos permite ubicar en el poroso borde del documentalismo βtal vez acompaΓ±ado del adjetivo socialβ de las dΓ©cadas de los 60, 70 y 80 trabajos de autores como Daniel GonzΓ‘lez, Paolo Gasparini, SebastiΓ‘n Garrido, Vladimir Sersa, Alejandro Toro, entre otros que han tocado temas colindantes. Entre 1973 y 1977 Alexis PΓ©rez-Luna desarrollΓ³ un extenso trabajo sobre la desnutriciΓ³n infantil recogido en la serie Los olvidados. Posteriormente, la Universidad SimΓ³n BolΓvar publicΓ³ el libro Venezuela Desnutrida con fotografΓas de PΓ©rez-Luna y Ricardo Armas.
La gente, el espacio y el contexto son los grandes ejes que van definiendo la imagen. Destacan ensayos y series detrΓ‘s de los que hay un proceso de reflexiΓ³n e investigaciΓ³n, distanciado de la inmediatez noticiosa. AcΓ‘ se inscriben algunos trabajos recogidos en la exhibiciΓ³n Al encuentro (2019) βpresentada en la Sala Trasnocho Arte Contactoβ que tuvo como epicentro las visiones del barrio, con Γ©nfasis en la ciudad de Caracas. Uno de los mΓ‘s conocidos es ImΓ‘genes de La Ceibita (1976-1983) de Carlos GermΓ‘n Rojas, documento y relato de una comunidad, la del propio fotΓ³grafo, quien descubre las vivencias y la cotidianidad de un barrio en el que la fiesta, la calle, la amistad, el juego, la cancha, los oficios y la familia delinean la intimidad compartida. TambiΓ©n desde la cercanΓa, Daniel Camacaro estructura la serie Somos nosotros mismos (2009) en la que resalta el rostro amable del barrio desde las relaciones y personajes retratados.
Los proyectos Voces de un lugar imposible (2011) y Coexistencia 38 miradas (2018) producidos por Diana Rangel y Espacio Anna Frank, respectivamente, buscaron la documentaciΓ³n del entorno y la vida desde la Γ³ptica de los propios habitantes de las comunidades con las que trabajaron, especΓficamente desde la mirada de niΓ±os y adolescentes que, en el caso del segundo proyecto, incluyΓ³ a jΓ³venes en situaciones lΓmite, denominados como βmalandrosβ segΓΊn refiere la fotΓ³grafa. En ambos casos los participantes realizaron las imΓ‘genes a partir de sus propios significados, enlazando la experimentaciΓ³n y la autorrepresentaciΓ³n.De la serie Them as a fountain | Alexander ApΓ³stolΒ©
Esta intenciΓ³n de conocer el interior del barrio, su realidad y vivencia pero, sobre todo, de establecer vΓnculos integradores, se aprecia en El Ojo de Franklin (1997) una serie realizada conjuntamente por la fotΓ³grafa Diana LΓ³pez y el niΓ±o Franklin Osorio. βLΓ³pez narra que todo comenzΓ³ como una pequeΓ±a turbaciΓ³n de la mirada a partir de la relaciΓ³n sostenida con aquel niΓ±o de siete aΓ±os, Franklin Osorio, hijo de una mujer que cocinaba en la casa de sus padres durante aquella Γ©poca. La inquietud surgiΓ³ al pensar en el trΓ‘nsito dicotΓ³mico que el chico debΓa experimentar, entre la convivencia semanal en esta casa de la urbanizaciΓ³n SebucΓ‘n y el traslado al barrio, JosΓ© FΓ©lix Rivas en Petare. El proceso surgiΓ³ mediante el intercambio y el vΓnculo. Ella le dio una cΓ‘mara pequeΓ±a y le enseΓ±Γ³ algunos criterios fotogrΓ‘ficos en tanto que Γ©l, con la autorizaciΓ³n previa de sus padres, comenzΓ³ a traerle el registro de su dΓa a dΓa, abriendo un puente desde aquel otro lado de esa vida comΓΊn que ambos compartΓanβ, escribe Lorena GonzΓ‘lez.
Sin romantizar o idealizar el concepto, es evidente que, en estos casos, la pobreza no es el foco central sino, mΓ‘s bien, una idea referencial que la bordea al retratar a la gente y sus experiencias desde lo comunitario. Durante mucho tiempo hemos hablado de personas ricas y pobres, de paΓses ricos y pobres e incluso actualmente se habla de inforicos e infopobres. En estas categorΓas subyacen otras diferenciaciones y demarcaciones: ellos-nosotros, allΓ‘-aquΓ. Los eufemismos vienen al rescate de la incomodidad y posiciona tΓ©rminos como: personas de bajos recursos, comunidades vulnerables, poblaciΓ³n en riesgo.
Violencia, inseguridad, delincuencia, vagancia son ideas que tambiΓ©n se asocian a una pobreza que sigue confundiΓ©ndose βy confundiΓ©ndonosβ al ser causa y consecuencia de problemas de diversa Γndole. Los estereotipos homogenizan personas y espacios, las generalizaciones y las malas noticias arropan otros valores que prevalecen o despiertan en medio de las adversidades. Sirva, a modo de ejemplo, el conocido barrio de Petare que, como se sabe, es uno de los mΓ‘s grandes de LatinoamΓ©rica. En plena pandemia del covid-19 fue lugar de enfrentamientos entre bandas armadas y Γ³rganos de seguridad de un Estado que ha perdido βΒΏo cedido?β el control de muchas zonas. Luego de dΓas de angustia en los que muchos de sus habitantes βla mayorΓaβ quedaron atrapados entre tiroteos y amenazas que parecΓan interminables, se organizaron actividades para recuperar el espacio pΓΊblico, tales como una funciΓ³n de cine al aire libre desde una platabanda, actos religiosos y musicales capturadas por los fotoperiodistas Rayner PeΓ±a (Agencia EFE) e IvΓ‘n Reyes (Efecto Cocuyo) los cuales mostraron, no solo otra cara sino la voluntad, participaciΓ³n y organizaciΓ³n que tambiΓ©n se abre paso.
En Them as a fountain (2004) Alexander ApΓ³stol profundiza las complejas relaciones entre el espacio y las personas: βLa ciudad informal o los cordones de miseria en Caracas se han generado principalmente a partir de las oleadas de personas atraΓdas por el vertiginoso desarrollo moderno de la ciudad. Γstas participaron en el crecimiento de su infraestructura, ejemplificado en las plazas y fuentes que celebran los espacios formales de la ciudad. La mayorΓa de estos espacios han colapsado estrepitosamente por su crecimiento anΓ‘rquico y desmedido, generando abismales contrastes sociales entre la ciudad formal y la informal que se manifiestan, entre otras cosas, en la concepciΓ³n del espacio pΓΊblico. A partir de la idea de Self-portrait as a Fountain de Bruce Nauman, pero en un contexto antΓpoda como son los apiΓ±ados barrios caraqueΓ±os, propuse a miembros de las pandillas que los delimitan y a vecinos del sector, que determinaran quΓ© espacios consideraban seguros y estratΓ©gicos, y que seΓ±alaran lo propio y lo privado dentro del espacio pΓΊblico. Una vez ahΓ elevaban la fuente portΓ‘til, o simulaban ser una, convirtiΓ©ndose en ese momento en el centro glorioso del barrio en cuestiΓ³nβ, comenta el artista.Consecuencias de la guerra | Henrique Avril Β©
Los trabajos mencionados se circunscriben a la capital venezolana en la que la que abundan las desigualdades y contradicciones, en la que los polΓticos reciclan promesas de βembellecimientoβ de los cerros y ranchos (siendo la mΓ‘s reciente, pero no la ΓΊnica, la Gran MisiΓ³n Barrio Nuevo, Barrio Tricolor) con la descarnada insinuaciΓ³n de que es mΓ‘s conveniente maquillar que construir; a fin de cuentas, al populismo le viene bien la pobreza y su perpetuaciΓ³n. βTe lo ponemos bonito, porque de aquΓ no vas a salirβ, parece el lema detrΓ‘s del cual se esconde otra aguda afirmaciΓ³n: La pobreza aniquila el futuro, al negar oportunidadesβ¦ A los pobresβ¦ siempre.
Serie Los olvidados / Alexis PΓ©rez-LunaΒ©
Por JOHANNA PΓREZ DAZA
El gigante camaleΓ³nico. Pareciera el nombre de un cuento infantil, pero es la figura con la que creo que mejor se puede reflexionar acerca de la pobreza y su relaciΓ³n con la fotografΓa venezolana. Lo gigantesco no amerita mayores explicaciones en un paΓs en el que, al cierre de 2019 (1), solo 3% de los hogares en Venezuela tiene seguridad alimentaria, 96% estΓ‘n en situaciΓ³n de pobreza y 79% en pobreza extrema. Lo camaleΓ³nico, por su parte, refiere a las formas que adopta este concepto en el marco de las representaciones visuales y sus transformaciones segΓΊn las circunstancias: en algunos casos se muestra de manera directa e imponente, mientras que en otros se camufla o hace una delicada apariciΓ³n βcomo telΓ³n de fondo, contexto o insinuaciΓ³nβ en trabajos fotogrΓ‘ficos que abordan otros tΓ³picos. Desde el fotoperiodismo y el documentalismo, hasta expresiones autorales y metafΓ³ricas, este gigante camaleΓ³nico βe incluso caprichosoβ que es la pobreza se presenta de distintos colores y formas, siendo recurrente y diversamente tratada en la fotografΓa venezolana. A veces se presenta en toda su crudeza, otras se escurre dejando apenas un rastro. FotΓ³grafos en diferentes momentos y desde diversas perspectivas han tocado el tema de la pobreza, algunos lo han buscado intencionadamente y otros se lo han topado, chocando con este gigante βroba cΓ‘maraβ que se atraviesa.
No es un tema exclusivo de Venezuela y hay grandes trabajos que, desde diferentes momentos y latitudes, han hecho visible sus particularidades. Γfrica ha sido, especialmente, fotografiada βpor Kevin Carter, James Nachtwey, entre otrosβ a partir de los estragos que la pobreza ha causado en los paΓses del continente. Por otra parte, la obra de fotΓ³grafos como Jacob Riis, Lewis Hine y los miembros de la Farm Security Administration destaca por haber impulsado transformaciones a favor de los menos favorecidos.
La intenciΓ³n de estas lΓneas es recorrer este sinuoso camino y concatenar algunas propuestas fotogrΓ‘ficas que han tocado, directa e indirectamente, a la pobreza en Venezuela. No pretendo inventariar obras ni delinear una cronologΓa, sino cruzar algunos trabajos que nos permitan aproximarnos desde distintas perspectivas en una suerte de polifonΓa discursiva que asume conscientemente los riesgos de tratar este tema complejo, amplio y multifactorial. La fotografΓa, en este sentido, serΓ‘ el anclaje y punto focal.Serie Los olvidados / Alexis PΓ©rez-LunaΒ©
Los pobres βsiempreβ
Hay una frase del Nuevo Testamento que resuena en mΓ constantemente: βPorque a los pobres siempre los tendrΓ‘n con ustedesβ¦β (Mateo 26:11, Marcos 14:7). En algunas traducciones y versiones de la Biblia, esta afirmaciΓ³n de JesΓΊs aparece conjugada en presente: βSiempre tienen a los pobres con ustedesβ, lo que no cambia en la mayorΓa de ellas es la fuerza de la palabra βsiempreβ y su carga condenatoria y profΓ©tica. Una aΓ±eja interpelaciΓ³n o un persistente llamado de atenciΓ³n. En todo caso, una punzante frase que se detiene en los pobres como sujetos de carne y hueso, y no solo en la pobreza como concepto.
En la fotografΓa el tratamiento de los pobres y la pobreza es de larga data, y es que llevamos aΓ±os arrastrΓ‘ndola. En El Cojo Ilustrado (1892 y 1915) Henrique Avril publicΓ³ fotografΓas de individuos anΓ³nimos de distintas partes del territorio nacional: βParte de sus fotografΓas son testimonios de personas famΓ©licas, afectadas por la RevoluciΓ³n Libertadora, envueltas en la pobreza y el miedoβ (Pignataro, 2011). Entre otras imΓ‘genes, la serie conocida como Consecuencias de la guerra, de 1903, muestra la devastaciΓ³n esparcida por el paΓs, ya que logra movilizarse por distintos lugares y empieza a establecer puentes comunicantes entre regiones que permanecΓan inconexas y alejadas. Aunque se trata de fotos posadas βlargas exposiciones, pesados equipos y limitaciones tΓ©cnicas del momento no permitΓan mucho mΓ‘sβ, son un esfuerzo y una evidencia de la dramΓ‘tica situaciΓ³n nacional de principios del siglo XX: ββ¦ La lente de Avril recogΓa los estragos de la miseria, el hambre y el horror que el paso de los ejΓ©rcitos dejaba sobre una tierra delirante y devastadaβ (Cuenca cp Pignataro).
A medida que la fotografΓa ganΓ³ lugar en la prensa nacional y hasta nuestros dΓas de medios digitales, la pobreza ha sido capturada de diferentes formas, pasando de lo rural a lo urbano, del registro a la denuncia. La difusa lΓnea que separa los gΓ©neros fotogrΓ‘ficos permite ubicar en el poroso borde del documentalismo βtal vez acompaΓ±ado del adjetivo socialβ de las dΓ©cadas de los 60, 70 y 80 trabajos de autores como Daniel GonzΓ‘lez, Paolo Gasparini, SebastiΓ‘n Garrido, Vladimir Sersa, Alejandro Toro, entre otros que han tocado temas colindantes. Entre 1973 y 1977 Alexis PΓ©rez-Luna desarrollΓ³ un extenso trabajo sobre la desnutriciΓ³n infantil recogido en la serie Los olvidados. Posteriormente, la Universidad SimΓ³n BolΓvar publicΓ³ el libro Venezuela Desnutrida con fotografΓas de PΓ©rez-Luna y Ricardo Armas.
La gente, el espacio y el contexto son los grandes ejes que van definiendo la imagen. Destacan ensayos y series detrΓ‘s de los que hay un proceso de reflexiΓ³n e investigaciΓ³n, distanciado de la inmediatez noticiosa. AcΓ‘ se inscriben algunos trabajos recogidos en la exhibiciΓ³n Al encuentro (2019) βpresentada en la Sala Trasnocho Arte Contactoβ que tuvo como epicentro las visiones del barrio, con Γ©nfasis en la ciudad de Caracas. Uno de los mΓ‘s conocidos es ImΓ‘genes de La Ceibita (1976-1983) de Carlos GermΓ‘n Rojas, documento y relato de una comunidad, la del propio fotΓ³grafo, quien descubre las vivencias y la cotidianidad de un barrio en el que la fiesta, la calle, la amistad, el juego, la cancha, los oficios y la familia delinean la intimidad compartida. TambiΓ©n desde la cercanΓa, Daniel Camacaro estructura la serie Somos nosotros mismos (2009) en la que resalta el rostro amable del barrio desde las relaciones y personajes retratados.
Los proyectos Voces de un lugar imposible (2011) y Coexistencia 38 miradas (2018) producidos por Diana Rangel y Espacio Anna Frank, respectivamente, buscaron la documentaciΓ³n del entorno y la vida desde la Γ³ptica de los propios habitantes de las comunidades con las que trabajaron, especΓficamente desde la mirada de niΓ±os y adolescentes que, en el caso del segundo proyecto, incluyΓ³ a jΓ³venes en situaciones lΓmite, denominados como βmalandrosβ segΓΊn refiere la fotΓ³grafa. En ambos casos los participantes realizaron las imΓ‘genes a partir de sus propios significados, enlazando la experimentaciΓ³n y la autorrepresentaciΓ³n.De la serie Them as a fountain | Alexander ApΓ³stolΒ©
Esta intenciΓ³n de conocer el interior del barrio, su realidad y vivencia pero, sobre todo, de establecer vΓnculos integradores, se aprecia en El Ojo de Franklin (1997) una serie realizada conjuntamente por la fotΓ³grafa Diana LΓ³pez y el niΓ±o Franklin Osorio. βLΓ³pez narra que todo comenzΓ³ como una pequeΓ±a turbaciΓ³n de la mirada a partir de la relaciΓ³n sostenida con aquel niΓ±o de siete aΓ±os, Franklin Osorio, hijo de una mujer que cocinaba en la casa de sus padres durante aquella Γ©poca. La inquietud surgiΓ³ al pensar en el trΓ‘nsito dicotΓ³mico que el chico debΓa experimentar, entre la convivencia semanal en esta casa de la urbanizaciΓ³n SebucΓ‘n y el traslado al barrio, JosΓ© FΓ©lix Rivas en Petare. El proceso surgiΓ³ mediante el intercambio y el vΓnculo. Ella le dio una cΓ‘mara pequeΓ±a y le enseΓ±Γ³ algunos criterios fotogrΓ‘ficos en tanto que Γ©l, con la autorizaciΓ³n previa de sus padres, comenzΓ³ a traerle el registro de su dΓa a dΓa, abriendo un puente desde aquel otro lado de esa vida comΓΊn que ambos compartΓanβ, escribe Lorena GonzΓ‘lez.
Sin romantizar o idealizar el concepto, es evidente que, en estos casos, la pobreza no es el foco central sino, mΓ‘s bien, una idea referencial que la bordea al retratar a la gente y sus experiencias desde lo comunitario. Durante mucho tiempo hemos hablado de personas ricas y pobres, de paΓses ricos y pobres e incluso actualmente se habla de inforicos e infopobres. En estas categorΓas subyacen otras diferenciaciones y demarcaciones: ellos-nosotros, allΓ‘-aquΓ. Los eufemismos vienen al rescate de la incomodidad y posiciona tΓ©rminos como: personas de bajos recursos, comunidades vulnerables, poblaciΓ³n en riesgo.
Violencia, inseguridad, delincuencia, vagancia son ideas que tambiΓ©n se asocian a una pobreza que sigue confundiΓ©ndose βy confundiΓ©ndonosβ al ser causa y consecuencia de problemas de diversa Γndole. Los estereotipos homogenizan personas y espacios, las generalizaciones y las malas noticias arropan otros valores que prevalecen o despiertan en medio de las adversidades. Sirva, a modo de ejemplo, el conocido barrio de Petare que, como se sabe, es uno de los mΓ‘s grandes de LatinoamΓ©rica. En plena pandemia del covid-19 fue lugar de enfrentamientos entre bandas armadas y Γ³rganos de seguridad de un Estado que ha perdido βΒΏo cedido?β el control de muchas zonas. Luego de dΓas de angustia en los que muchos de sus habitantes βla mayorΓaβ quedaron atrapados entre tiroteos y amenazas que parecΓan interminables, se organizaron actividades para recuperar el espacio pΓΊblico, tales como una funciΓ³n de cine al aire libre desde una platabanda, actos religiosos y musicales capturadas por los fotoperiodistas Rayner PeΓ±a (Agencia EFE) e IvΓ‘n Reyes (Efecto Cocuyo) los cuales mostraron, no solo otra cara sino la voluntad, participaciΓ³n y organizaciΓ³n que tambiΓ©n se abre paso.
En Them as a fountain (2004) Alexander ApΓ³stol profundiza las complejas relaciones entre el espacio y las personas: βLa ciudad informal o los cordones de miseria en Caracas se han generado principalmente a partir de las oleadas de personas atraΓdas por el vertiginoso desarrollo moderno de la ciudad. Γstas participaron en el crecimiento de su infraestructura, ejemplificado en las plazas y fuentes que celebran los espacios formales de la ciudad. La mayorΓa de estos espacios han colapsado estrepitosamente por su crecimiento anΓ‘rquico y desmedido, generando abismales contrastes sociales entre la ciudad formal y la informal que se manifiestan, entre otras cosas, en la concepciΓ³n del espacio pΓΊblico. A partir de la idea de Self-portrait as a Fountain de Bruce Nauman, pero en un contexto antΓpoda como son los apiΓ±ados barrios caraqueΓ±os, propuse a miembros de las pandillas que los delimitan y a vecinos del sector, que determinaran quΓ© espacios consideraban seguros y estratΓ©gicos, y que seΓ±alaran lo propio y lo privado dentro del espacio pΓΊblico. Una vez ahΓ elevaban la fuente portΓ‘til, o simulaban ser una, convirtiΓ©ndose en ese momento en el centro glorioso del barrio en cuestiΓ³nβ, comenta el artista.Consecuencias de la guerra | Henrique Avril Β©
Los trabajos mencionados se circunscriben a la capital venezolana en la que la que abundan las desigualdades y contradicciones, en la que los polΓticos reciclan promesas de βembellecimientoβ de los cerros y ranchos (siendo la mΓ‘s reciente, pero no la ΓΊnica, la Gran MisiΓ³n Barrio Nuevo, Barrio Tricolor) con la descarnada insinuaciΓ³n de que es mΓ‘s conveniente maquillar que construir; a fin de cuentas, al populismo le viene bien la pobreza y su perpetuaciΓ³n. βTe lo ponemos bonito, porque de aquΓ no vas a salirβ, parece el lema detrΓ‘s del cual se esconde otra aguda afirmaciΓ³n: La pobreza aniquila el futuro, al negar oportunidadesβ¦ A los pobresβ¦ siempre.
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