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La RomΓ‘ntica

NegociosCarcelarios: Escombros del retΓ©n de Cabimas sepultan aΓ±os de control de los pranes






Un equipo de investigaciΓ³n de Runrunes ingresΓ³ al centro de detenciΓ³n meses antes de su demoliciΓ³n y constatΓ³ la estructura de poder y crimen que instalaron los pranes dentro del centro de reclusiΓ³n que era administrado por la GobernaciΓ³n del Zulia
Los reclusos tomaron el control total del retΓ©n a finales de 2019, el recinto no tenΓ­a custodia interna y la vigilancia de los cuerpos de seguridad se limitaba a la instalaciΓ³n de alcabalas alrededor de la prisiΓ³n y sobrevuelos ocasionales con un dron
Solo por el cobro de la causa, los pranes tenΓ­an ingresos anuales de al menos US$240.000. Sin incluir el cobro de las extorsiones a comerciantes, que variaba entre US$3.000 y US$50.000 por comercio
Las bandas de β€œAdriancito” y β€œYeiko Masacre”, aliadas de las megabandas de β€œLos MeleΓ‘n” y β€œLos Leal”, respectivamente, controlaban desde el retΓ©n el cobro de vacuna y otros delitos. Se calcula que ocho de cada diez extorsiones que se registran en los municipios de la Costa Oriental del Lago eran coordinadas desde el retΓ©n
Ronna RΓ­squez, Karina Peraza y Liz GascΓ³n





Foto Tal Cual: Entrada del RetΓ©n de Cabimas



Lo primero que llamaba la atenciΓ³n al llegar al Centro de Arrestos y Detenciones Preventivas de la Costa Oriental del Lago, mejor conocido como el RetΓ©n de Cabimas, era que no tenΓ­a cerca perimetral en la parte trasera y los portones estΓ‘n abiertos todo el dΓ­a. Tampoco habΓ­a custodios o funcionarios policiales que vigilaran. Los presos estaban de su cuenta y podΓ­an salir sin problemas, como el dΓ­a en que tomaron la calle para protestar por falta de alimentos. La ΓΊnica razΓ³n por la que no se fugaban era por el terror que imponΓ­an los pranes.

El centro de reclusiΓ³n estaba controlado por cuatro presos, uno por cada pabellΓ³n, que respondΓ­an a poderosas organizaciones criminales del estado. AsΓ­ permaneciΓ³ por casi cuatro aΓ±os, desde 2017 cuando Omar Prieto asumiΓ³ la gobernaciΓ³n del Zulia hasta que en octubre de 2021, justamente un mes antes de las elecciones regionales para un prΓ³ximo perΓ­odo.

DespuΓ©s de varias promesas, que se remontan a 2019, finalmente el gobernador y aspirante a la reelecciΓ³n, decidiΓ³ resolver el problema: OrdenΓ³ el desalojo e iniciΓ³ la demoliciΓ³n de la pequeΓ±a edificaciΓ³n, ante la imposibilidad de recuperar el control del recinto, que originalmente no era una prisiΓ³n, sino una delegaciΓ³n policial.
El retΓ©n de Cabimas, era uno de los 25 centros de detenciΓ³n policial que habΓ­a en Zulia. ConstruΓ­do en 1973, fue diseΓ±ado para una capacidad de 100 reclusos, pero de acuerdo con la investigaciΓ³n de campo para este perfil, en mayo existΓ­a una poblaciΓ³n de 1.028 privados de libertad. El hacinamiento era superior a 1.000%.



Estaba bajo la responsabilidad de la gobernaciΓ³n del estado Zulia, que en 2020 cerrΓ³ con una tasa de 47,5 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, siendo los sicarios, miembros de bandas y funcionarios de seguridad los principales victimarios. Pese a los elevados Γ­ndices delictivos, Zulia no tiene cΓ‘rceles y por esa razΓ³n los centros de detenciΓ³n preventiva o retenes policiales son utilizados como prisiones.

La falta de reja perimetral en el retΓ©n de Cabimas era apenas una de las debilidades que mostraba el penal. Carlos Barrios, quien fungΓ­a como director provisional del retΓ©n desde comienzos de 2020, despachaba desde sus alrededores dos o tres veces a la semana. La falta de vehΓ­culo oficial y la escasez de gasolina conspiraban en contra del trabajo presencial del funcionario que reside en Maracaibo, asΓ­ que la seguridad de los detenidos no estaba bajo su control.

El resguardo de sus alrededores estaba a cargo ΓΊnicamente de una patrulla con cinco policΓ­as que envΓ­a La Comandancia General del Cuerpo de PolicΓ­a Bolivariana del estado Zulia (CPBEZ) para hacer recorridos por las inmediaciones del retΓ©n, acompaΓ±ados de otros dos funcionarios asignados a la custodia externa, revelΓ³ una fuente del organismo que prefiriΓ³ no identificarse.

En total, eran 14 funcionarios del CPBEZ, divididos en siete para cada turno. Los oficiales evitan estacionar la patrulla en la calle y observan desde afuera a los presos que caminan armados por la azotea y demΓ‘s espacios del retΓ©n. La fuente admitiΓ³ que no habΓ­a suficiente personal para las labores de custodia externa y que sus actuaciones son limitadas por temor a las represalias que puedan tomar los delincuentes en contra de los policΓ­as o sus familiares.
Un informante del Comando Nacional AntiextorsiΓ³n y Secuestros (CONAS) seΓ±alΓ³ que, ante la ausencia de custodia interna y el aumento de las denuncias de extorsiΓ³n planificadas por presos, este organismo instalΓ³ dos puntos de control a menos de 300 metros de distancia de la prisiΓ³n. Eran 12 los funcionarios del CONAS y la GNB asignados para la custodia externa en dos turnos.



Entre policΓ­as y militares habΓ­a un total de 26 funcionarios en labores de custodia externa. En la investigaciΓ³n se pudo constatar que el CONAS instalΓ³ cΓ‘maras de seguridad en las inmediaciones de la prisiΓ³n para observar a los visitantes y detectar movimientos irregulares. TambiΓ©n se cuenta ocasionalmente con un dron de vigilancia que sobrevuela el retΓ©n, segΓΊn revelΓ³ una fuente oficial en condiciΓ³n de anonimato.

El retΓ©n de Cabimas carecΓ­a de custodia interna desde finales de 2019. Solo una funcionaria del CPBEZ cuenta con la autorizaciΓ³n de los pranes para ingresar: Nohelia Barrios, una empleada administrativa que servΓ­a de enlace entre los reclusos y las autoridades para gestionar, fundamentalmente, el traslado de los enfermos al mΓ©dico forense o centros de salud.

Cada pabellΓ³n del retΓ©n tenΓ­a un pran o lΓ­der negativo que ejercΓ­a las funciones del Estado: seguridad, reglas y normas de convivencia.
Felices los cuatro

El control del retΓ©n de Cabimas estaba repartido entre cuatro lΓ­deres que gobernaban los distintos anexos, la planta alta y el Γ‘rea de mujeres.

El que tenΓ­a el mayor poder de fuego y mΓ‘s hombres era Wilson Israel Valles PΓ©rez, alias β€œWilson”, el pran del pabellΓ³n B. Esta Γ‘rea llegΓ³ a albergar unos 400 reclusos de los cuales entre 50 y 100 pertenecΓ­an al β€œcarro”. La mayorΓ­a eran delincuentes que operaban en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, principalmente, en los municipios Cabimas o Santa Rita, explicΓ³ un comisario del Cuerpo de Investigaciones CientΓ­ficas, Penales y CriminalΓ­sticas (CICPC) que trabajΓ³ en la regiΓ³n.


β€œEl Wilson” habΓ­a sido el lugarteniente de dos exlΓ­deres evadidos del retΓ©n de Cabimas en 2016: AdriΓ‘n JosΓ© RodrΓ­guez GudiΓ±o, alias β€œAdriancito”, de 34 aΓ±os de edad, quien se encuentra prΓ³fugo; y Sleiter JosΓ© Leal de 36 aΓ±os, alias β€œEl Sleiter”, asesinado en junio del 2020.



Por esta razΓ³n, a travΓ©s de β€œWilson” la banda de β€œAdriancito” era la que controlaba la prisiΓ³n, pero ademΓ‘s tiene el respaldo financiero de la megabanda de β€œLos MeleΓ‘n”. El pran se encargaba de los negocios dentro del centro de detenciΓ³n y de otras extorsiones. β€œAdriancito”, entre tanto, dirigΓ­a las operaciones fuera del retΓ©n, revelΓ³ el funcionario del CONAS entrevistado para este perfil.

Los otros grupos de dominio en el retΓ©n era los de Yorman Rosendo, alias β€œYormita”, quien tiene el mando del pabellΓ³n A; JosΓ© Gregorio Gavidia, alias β€œChiveco”, lΓ­der del pabellΓ³n C; un exguardia nacional apodado β€œEl Conas”, quien regenta el Γ‘rea reservada para funcionarios de seguridad que estΓ‘n presos.

Los grupos de alias β€œYormita”, pabellΓ³n A; y alias β€œChiveco”, pabellΓ³n C funcionaban como extensiones y aliados de la banda de Erick Alberto Parra Mendoza, alias β€œYeico Masacre”, quien figura como financista de esos anexos, enemigos del pabellΓ³n B. No hay informaciΓ³n sobre la cantidad de hombres que poseen, pero era inferior a la de sus rivales debido a que los pabellones que dominaban albergaban menos reclusos.

El Γ‘rea de mujeres tambiΓ©n estaba dominada indirectamente por alias β€œWilson”, pues la lΓ­der era su pareja sentimental Migdalia FernΓ‘ndez.
La cantidad de presos bajo el control de cada pran determinaba su grado de poder dentro de la prisiΓ³n por dos razones: la cantidad de hombres que podΓ­an integrar la estructura criminal o carro y la cantidad de dinero que generaba el cobro de la causa a los pabellones con mΓ‘s hombres.



Aunque la estructura del pranato se sostenΓ­a con diversos delitos y actividades, destacaba el cobro de causa, una especie de impuesto que cobra el pran al resto de la poblaciΓ³n penal por el derecho a estar en la prisiΓ³n. La tarifa mΓ­nima de la causa semanal se ubicΓ³ en US$5 por recluso. SegΓΊn una fuente, los pagos se hacΓ­an en efectivo obligatoriamente.

Los insolventes eran expulsados de los pabellones como medida de castigo y llevados a las Γ‘reas donde permanecen los reclusos con tuberculosis o donde hay mayor hacinamiento. Si no pagan, se les niega tanto el agua como la entrega de alimentos.

Para comprender la magnitud de este negocio sΓ³lo hay que usar la aritmΓ©tica: si 1.000 reclusos cancelan US$5 de causa, el ingreso de los pranes es de US$5.000 a la semana y US$20.000 por mes. Alias β€œWilson” era quien obtenΓ­a la mayor parte de las ganancias porque su pabellΓ³n era el mΓ‘s poblado, con unos 400 presos.

Por esa razΓ³n mantener un volumen de presos hacinados era justamente parte del negocio que defendΓ­an los pranes y sus aliados criminales.

Otras actividades delictivas dentro del retΓ©n incluΓ­an el microtrΓ‘fico de droga. Si bien no se logrΓ³ precisar cuΓ‘les son las sustancias que se trafican en el retΓ©n de Cabimas ni tampoco cuΓ‘l es el tamaΓ±o de la ganancia de pranes y asociados, en septiembre de 2020, el CONAS derribΓ³ drones que transportaban al retΓ©n tanto drogas como armas. Por este hecho capturaron a cuatro hombres acusados de operarlos desde una vivienda cercana al recinto.
El pranato tambiΓ©n llegΓ³ a controlar la distribuciΓ³n del combustible despachado en la estaciΓ³n de servicio que estΓ‘ justo al lado de la prisiΓ³n. β€œWilson” disponΓ­a de una cierta cantidad de gasolina para ofrecerla en venta en el mercado negro, de acuerdo con medios locales.



De hecho, el control de este negocio originΓ³ en diciembre de 2019 una nueva reyerta entre las bandas de los anexos B y C. La operaciΓ³n con el combustible se vio limitada desde junio de 2020, debido a la polΓ©mica generada por un video de los reclusos caminando con armas largas, mientras vigilaban desde el techo cuando funcionarios de la GNB custodiaban la fila para la estaciΓ³n de gasolina.

Luego de este episodio, la gobernaciΓ³n excluyΓ³ a la gasolinera del retΓ©n del cronograma de suministro.
Las armas vienen de las FANB

Las armas que estΓ‘n dentro del retΓ©n de Cabimas eran obtenidas β€œa travΓ©s de funcionarios corruptos”, ya sean agentes policiales, del CICPC o miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).

Estos ΓΊltimos son los principales proveedores tanto de las granadas como de las armas largas que circulan en ese retΓ©n, explicΓ³ un comisario del CICPC. β€œLa potencia y el calibre del armamento aumenta dependiendo de la cercanΓ­a con los pranes. Los mΓ‘s cercanos al pran tienen armas largas. En la entrada de los pabellones los gariteros usan revΓ³lveres, en el interior se dejan ver una que otra pistola, y las armas largas y las granadas se exhiben mientras alguno de los lΓ­deres se pasea por el Γ‘rea”, detallan los reportes de Una Ventana a la Libertad sobre el tema.

A los reclusos mΓ‘s apartados de los pranes –siempre y cuando pertenezcan a su estructura criminal– les permiten portar armas blancas como machetes y cuchillos.
Expertos de Una Ventana a La Libertad seΓ±alan que el pase de armas a las instalaciones se hace a travΓ©s de familiares y conocidos que no son requisados por la custodia externa por orden de Wilson.




Un inspector jefe del CICPC refiriΓ³ que la mayorΓ­a de las granadas que utilizan estos grupos entran a travΓ©s de cualquier lΓ­nea fronteriza. β€œLas granadas las traen delincuentes de Colombia y pueden pagar por cada una 200.000 pesos colombianos o comprarlas por 100 dΓ³lares en Venezuela”.

Otro informante del organismo manifestΓ³ que las granadas con seriales de CAVIM, son extraΓ­das de los entrenamientos militares. Los funcionarios de la FANB arrojan cinco explosivos en las prΓ‘cticas pero reportan 25, las 20 restantes son desviadas ilegalmente a los grupos criminales.
El gran negocio es puertas afuera

Todo apunta a que la principal fuente de ingresos de los pranes del retΓ©n de Cabimas son las extorsiones a comerciantes y empresarios del municipio Cabimas y otras seis jurisdicciones de la Costa Oriental de Lago (COL): para el 2017 salΓ­an al menos tres llamadas diarias del retΓ©n y, de cada 10 empresarios o comerciantes de Cabimas, al menos seis recibΓ­an llamadas extorsivas, segΓΊn reportes de prensa.

Dos comerciantes y un sargento del CONAS de Cabimas entrevistados durante esta investigaciΓ³n coincidieron en que el retΓ©n es el mayor centro de operaciones para las extorsiones registradas en la subregiΓ³n.. Actualmente, la banda delictiva puede cobrar entre US$3.000 y US$50.000 en efectivo por cada operaciΓ³n, precisaron dos comerciantes de Cabimas, que pidieron no revelar su identidad. Un agente del CONAS Zulia y varios representantes empresariales explicaron que el monto de la extorsiΓ³n varΓ­a segΓΊn el perfil de la vΓ­ctima.

SegΓΊn fuentes policiales, los extorsionadores incluso utilizan cuentas prestadas para cobrar transferencias a travΓ©s del sistema de pago interbancario de Estados Unidos, Zelle.

El modus operandi de estas bandas criminales del retΓ©n de Cabimas consiste en amenazar a las vΓ­ctimas con atentados y luego ofrecerles una Β«protecciΓ³nΒ» en sus negocios y/o propiedades. En las redes sociales sobran los videos y denuncias de amenazas con granadas y disparos a los empresarios y comerciantes que se nieguen a pagar vacuna.

Con el fin de que la vΓ­ctima ceda, estudian e identifican a todo su nΓΊcleo familiar. Si se rehΓΊsan a entregar el dinero, los sicarios de la organizaciΓ³n los presionan disparando a las viviendas o lanzando explosivos contra alguno de sus negocios, segΓΊn confirmaron por igual agentes del CONAS y del CICPC consultados.

Un empresario relatΓ³ que, fue en 2017 cuando comenzaron los atentados, en vista de que las llamadas intimidatorias se habΓ­an agotado como estrategia, pues las vΓ­ctimas potenciales dejaron de atender a nΓΊmeros desconocidos o ignoraban las solicitudes.


β€œLas bandas se van reinventando y fortaleciendo su estrategia a medida que las vΓ­ctimas pierden el miedo”, reiterΓ³, agregando que ahora envΓ­an videos por Whatsapp donde hombres con los rostros cubiertos exhiben granadas y armas para atemorizar a la vΓ­ctima y que acceda a hacer el pago.



Un jefe del CICPC en Zulia indicΓ³ que los principales delitos que se registran en el estado son la extorsiΓ³n y asesinatos que derivan de la extorsiΓ³n. En el perfil de las vΓ­ctimas de homicidios suelen encontrar la misma coincidencia: personas que cancelaron vacunas en alguna oportunidad y se rehusaron a pagar nuevamente.

SegΓΊn fuentes de la DivisiΓ³n de AntiextorsiΓ³n y Secuestro del CICPC Zulia, solo 10 por ciento de las llamadas extorsivas logran que se haga el pago a los delincuentes, y apenas 25 por ciento de las vΓ­ctimas denuncian.

Comerciantes consultados en los municipios Cabimas y Santa Rita afirmaron que las vΓ­ctimas desconfΓ­an de los cuerpos de seguridad porque muchos funcionarios trabajan para las bandas de extorsiΓ³n. En reiteradas oportunidades los comerciantes han recibido mensajes intimidatorios de los delincuentes en los que se seΓ±ala que saben que, en ese momento, se encuentran denunciando en la sede policial o en el comando militar.

El CICPC en Zulia estima que al menos el 90 por ciento de los telΓ©fonos que utilizan las bandas criminales tienen cΓ³digos de Γ‘rea de Colombia, Ecuador o incluso de PanamΓ‘. La mayorΓ­a contacta a las vΓ­ctimas con nΓΊmeros colombianos, pues para la compra de los chips, no se requiere documentaciΓ³n, precisΓ³ una fuente policial.

Este hecho tambiΓ©n podrΓ­a ser un indicador de la expansiΓ³n de estas bandas fuera de Venezuela. β€œLos MeleΓ‘n” y β€œYeiko Masacre” tienen presencia en Colombia.
Comerciantes de la COL afirman que las organizaciones delictivas apuntan a grandes empresas prestadoras de servicios como clΓ­nicas o distribuidoras de insumos mΓ©dicos, entre otros rubros, porque tienen mΓ‘s liquidez. En los ΓΊltimos meses han aumentado los ataques a comercios e incluso a sedes de cuerpos de seguridad. SegΓΊn reportes de prensa, hay indicios de que los atentados son ordenados desde la prisiΓ³n.



Una de las formas de conseguir la informaciΓ³n de las vΓ­ctimas son contactos laborales, datos de la vivienda o de amistades y, recientemente, empezaron a utilizar a damas de compaΓ±Γ­a o escorts para obtener informaciΓ³n de quienes contratan sus servicios, revelΓ³ un funcionario del CONAS.

El sicariato es otro de los delitos que ha caracterizado a las bandas de β€œLos MeleΓ‘n” y β€œLos Leal”. Eran conocidos en el mundo criminal como sicarios. Sus aliados del retΓ©n de Cabimas tambiΓ©n se dedican a esta actividad. Y uno de los casos mΓ‘s emblemΓ‘ticos que se les atribuye es el sicariato del comisario Benito Cobis.
El pranato gana con todo

Hasta el cierre del penal de Cabimas, Wilson Israel Valles PΓ©rez, alias β€œWilson” era el pran del pabellΓ³n B. Tiene 43 aΓ±os, es natural de Ciudad Ojeda y fue condenado a 25 aΓ±os de prisiΓ³n –al igual que β€œAdriancito”– por el secuestro del presidente de una lΓ­nea de transporte de Lagunillas, en 2013. Pese a su reclusiΓ³n, planifica robos de vehΓ­culos, sicariatos, coordina la mayor red de extorsiones en la Costa Oriental del Lago y es el responsable de mΓ‘s de 90 % de los atentados con granadas, segΓΊn informan medios locales.

Migdalia FernΓ‘ndez es la pareja de β€œEl Wilson” y tambiΓ©n estaba detenida en el retΓ©n de Cabimas. ConvivΓ­a con 14 mujeres en el anexo femenino. Otras 60 reclusas con menos privilegios se encontraban en un pabellΓ³n. FernΓ‘ndez es la lΓ­der de esas dos divisiones. No hay detalles sobre el delito por el cual estΓ‘ presa o sobre su vida personal, pero existen indicios de que apoya cada decisiΓ³n del lΓ­der del pabellΓ³n B.



Foto tomada de Facebook:Migdalia FernΓ‘ndez, lΓ­der del anexo femenino del retΓ©n de Cabimas, junto a Wilson Valles, pran de pabellΓ³n B

AdriΓ‘n JosΓ© RodrΓ­guez GudiΓ±o, alias β€œAdriancito”, tiene 34 aΓ±os y es conocido como β€œAdriancito”. IngresΓ³ al retΓ©n de Cabimas en 2013 por el secuestro del presidente de una lΓ­nea de transporte de Lagunillas. En ese hecho actuΓ³ junto a alias β€œWilson”.

Desde que ingresΓ³ al retΓ©n de Cabimas, β€œAdriancito” era parte del anillo de seguridad de Legel Odelvis Enrique, apodado β€œEl Tata”, quien fue el pran del pabellΓ³n B hasta su asesinato en el aΓ±o 2014.

En 2015, β€œAdriancito” estableciΓ³ una alianza con Sleiter JosΓ© Leal, alias β€œEl Sleiter”, quien entrΓ³ al retΓ©n de Cabimas ese mismo aΓ±o por homicidio calificado en grado de frustraciΓ³n. Leal tenΓ­a prontuario por homicidio, trΓ‘fico de drogas, extorsiΓ³n, robo y secuestro, credenciales que lo convirtieron en el segundo al mando del pabellΓ³n B a los pocos meses de llegar.

RodrΓ­guez y Leal conformaron dentro del retΓ©n un Grupo Estructurado de Delincuencia Organizada (GEDO), como se califica en la ConvenciΓ³n de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Trasnacional.

β€œAdriancitio” quedΓ³ a la cabeza de la organizaciΓ³n criminal en 2020, luego del asesinato de β€œEl Sleiter”. La banda opera en los siete municipios de la Costa Oriental del Lago en Zulia: Cabimas, Santa Rita, Lagunillas, Miranda, Baralt, Valmore RodrΓ­guez y SimΓ³n BolΓ­var. En paralelo, los socios externos se dedicaban al robo de vehΓ­culos, con cobro del rescate de los mismos, segΓΊn precisΓ³ un comisario del CICPC que trabajΓ³ en la regiΓ³n zuliana hasta el aΓ±o 2016.

β€œEl Sleiter” era el enlace con la megabanda de β€œLos MeleΓ‘n”, la organizaciΓ³n criminal mΓ‘s poderosa y antigua del estado Zulia. Durante su estadΓ­a en la prisiΓ³n, los miembros de este clan familiar sirvieron de proveedores de armas, revelΓ³ el comisario de la policΓ­a cientΓ­fica.
El 14 de abril de 2016, β€œAdriancito”y β€œEl Sleiter” se fugaron del retΓ©n junto a otros 17 reclusos. Ambos eran considerados los mΓ‘s poderosos del retΓ©n y con la fuga su influencia fuera de la prisiΓ³n creciΓ³. β€œEl Sleiter”, como miembro de β€œLos Melean”, mantenΓ­a comunicaciΓ³n con esa organizaciΓ³n criminal. Una vez que β€œAdriancito” y β€œEl Sleiter” escapan, continuaron con su carrera criminal y mantuvieron el liderazgo dentro del centro de detenciΓ³n a travΓ©s de otros presos, como β€œWilson”. β€œEl Sleiter”, socio de β€œAdriancito”, tambiΓ©n habΓ­a logrado llevar sus actividades delictivas a la capital colombiana. Autoridades venezolanas apuntan, ademΓ‘s, que tambiΓ©n β€œAdriancito” se encuentra en el vecino paΓ­s.



A esta pareja criminal le atribuyen los ataques con granadas y armas largas que se han registrado contra organismos de seguridad, centros mΓ©dicos, locales comerciales y algunas viviendas en Zulia. Este es el modus operandi que utilizan para lograr que sus vΓ­ctimas paguen extorsiones en dΓ³lares.

Pese a las bajas en las filas de subanda, producto en enfrentamientos con cuerpos de seguridad, detenciones en flagrancia y ajustes de cuentas de bandas rivales, el grupo sigue con sus actividades criminales en la COL y en Colombia, donde se radicΓ³ β€œAdriancito”.

Erick Alberto Parra Mendoza, alias β€œYeico Masacre” liderΓ³ otro grupo que ejerciΓ³ influencia dentro del retΓ©n de Cabimas. Figura en la lista de delincuentes mΓ‘s buscados por el Ministerio de Interior y Justicia por los delitos de homicidio, sicariato, robo de vehΓ­culo y desapariciΓ³n forzada. Parra, quien tiene alerta roja de Interpol, estarΓ­a ocultΓ‘ndose en Chile y ha cobrado notoriedad desde 2018 por la publicaciΓ³n de videos y audios en redes sociales atribuyΓ©ndose homicidios y ataques. Funcionarios del CONAS Zulia presumen que alias β€œYeico Masacre” es el financista de presos de los pabellones enemigos de β€œAdriancito”.

Su poder en el retΓ©n de Cabimas es menor al de β€œAdriancito” y β€œWilson”, aΓΊn cuando los presos del centro de detenciΓ³n logran salir a realizar actos delictivos ordenados por Γ©l.

Parra Mendoza es un exfuncionario de la GNB y recibiΓ³ entrenamiento en operaciones de comando, inteligencia, manejo de explosivos y combate. Se dice que habrΓ­a pertenecido a la banda de β€œLos MeleΓ‘n”, de la cual fue jefe de seguridad y era conocido inicialmente como β€œYeico MeleΓ‘n”.

Al tratar infructuosamente de convertirse en lΓ­der de esa organizaciΓ³n en 2019, luego de la detenciΓ³n en Texas del cabecilla, Tirso MeleΓ‘n, pasΓ³ a ser enemigo de todos los miembros de la banda, entre ellos β€œEl Sleiter”, segΓΊn declarΓ³ un comisario del CICPC.


β€œIntentΓ³ apropiarse del manejo de la banda, lo que lo convirtiΓ³ en rival de sus otrora patrones. En ese momento, adoptΓ³ el alias de β€˜Yeico Masacre’ y echΓ³ a andar un plan de exterminio contra β€˜Los MeleΓ‘n’ que ya cuenta mΓ‘s de 30 muertos en Colombia y otros mΓ‘s en Venezuela”, revelΓ³ una investigaciΓ³n del diario colombiano El Tiempo.



Las autoridades de ese paΓ­s seΓ±alan que, tanto la banda de β€œYeico Masacre” como a β€œLos MeleΓ‘n”, estΓ‘n dedicadas a delitos como extorsiΓ³n, sicariato, microtrΓ‘fico de droga y la explotaciΓ³n sexual de migrantes. Igualmente afirman que estos grupos pelean el control de negocios ilΓ­citos en BogotΓ‘. De hecho, la PNC tendrΓ­a reportes de las actividades de estas bandas venezolanas desde mediados de 2019, segΓΊn declaraciones a El Tiempo.

Parra ahora tendrΓ­a vΓ­nculos con la banda de β€œLos Leal”, enemigos de larga data de β€œLos MeleΓ‘n” y serΓ­a en realidad el jefe de los pranes de los pabellones A y C del retΓ©n, Yorman Rosendo, alias β€œYormita” y JosΓ© Gregorio Gavidia, alias β€œChiveco”, respectivamente, informaron funcionarios policiales entrevistados para esta investigaciΓ³n.

Debajo de los pranes hay una organizaciΓ³n que garantiza su seguridad y los negocios dentro del penal. Lugartenientes, luceros, gariteros formar parte del carro, que es el grupo de personas que integran la pandilla o miembros directos de la organizaciΓ³n que controla la prisiΓ³n.



Foto: Wilson Valles PΓ©rez, pran del pabellΓ³n B
Socios en el delito

Los pranes en el Centro de Arrestos y Detenciones Preventivas de la COL tienen nexos con bandas fuera de la cΓ‘rcel. La principal alianza es la de β€œWilson” con la banda deβ€œAdriancito”, organizaciΓ³n a la que representa en la prisiΓ³n.

β€œEl Wilson”, a su vez, tiene miembros fuera de la prisiΓ³n que hacen labores de investigaciΓ³n para identificar a vΓ­ctimas de extorsiones y perpetrar distintas acciones delictivas.

El principal financista de la banda de β€œAdriancito” y β€œWilson” es la megabanda de β€œLos Melean”,que en definitiva son los verdaderos socios. Este es un clan familiar que opera desde hace mΓ‘s de 40 aΓ±os en el estado Zulia. Han estado vinculados con contrabando de combustible, extorsiones, sicariatos y una variedad de delitos y estΓ‘ liderada en la actualidad por Jefferson JosΓ© Nava JimΓ©nez, apodado β€œY. Nava” o β€œJet Nava”, quien era lugarteniente de Willy MeleΓ‘n, y Karinton JosΓ© Soto Leal, conocido como Β«Karinton” quien es el segundo al mando del clan.

Otro de los lΓ­deres de la organizaciΓ³n fue detenido en Estados Unidos en 2018 con gran cantidad de armas de fuego. Estaba solicitado por las autoridades venezolanas por sicariatos y otros crΓ­menes.

Pese a la muerte de uno de sus lΓ­deres y la captura de otro, β€œLos MeleΓ‘n” tienen ramificaciones en distintas ciudadades de Colombia y PanamΓ‘. Reportes de las autoridades colombianas seΓ±alan que los lΓ­deres de las bandas de β€œYeico Masacre” y β€œLos MeleΓ‘n” emigraron a Colombia entre 2018 y 2019. De hecho, cΓ©lulas de ambas organizaciones ya estΓ‘n en siete ciudades colombianas: Barranquilla, Valledupar, Santa Marta, Riohacha, IbaguΓ©, Soacha y BogotΓ‘.


β€œSe dedican especialmente al hurto, la extorsiΓ³n y manejan redes de prostituciΓ³n”, aseguraron fuentes policiales a la Revista Semana. En FontibΓ³n, Chapinero y la capital, Santa Fe (BogotΓ‘) se disputan el control de expendios de drogas y la trata de personas, segΓΊn precisΓ³ a medios de comunicaciΓ³n el secretario de seguridad de BogotΓ‘, Hugo Acero.



Desde 2018, los lΓ­deres de los pabellones rivales al de Wilson Valles, reciben financiamiento de β€œYeico Masacre” quien, a su vez, libra una guerra con β€œLos MeleΓ‘n”.

La megabanda de β€œLos Leal” tiene una historia de rivalidad con el clan de Los MeleΓ‘n por el control de rentas y territorios de los municipios alrededor del Lago de Maracaibo, tal como describe InSight Crime en su trabajo de enero de 2021. Yeico Masacre tendrΓ­a vΓ­nculos con la banda β€œLos Leal”, rival de β€œLos MeleΓ‘n”. Antonio MeleΓ‘n, lΓ­der de esta ΓΊltima organizaciΓ³n, fue asesinado por un grupo de sicarios frente a una barberΓ­a el 28 de diciembre de 2008. Su guardaespaldas, Daniel David Leal Prieto, fue acusado del homicidio.

β€œLa muerte del lΓ­der de β€˜Los MeleΓ‘n’ representarΓ­a el surgimiento de una organizaciΓ³n liderada por un antiguo socio: JosΓ© Luis Leal Rangel. Leal decidiΓ³ articular una nueva estructura criminal bajo su mando y desafiΓ³ el poderΓ­o de β€˜Los MeleΓ‘n’ en Zulia”, destaca InSightCrime.



Foto: Presos del retΓ©n de Cabimas hacen fila para buscar agua
La emergencia humanitaria en el retΓ©n

Ricardo Lugo, secretario de Seguridad y Orden PΓΊblico de la GobernaciΓ³n del Zulia, admitiΓ³ que no enviaban alimentos segΓΊn los requerimientos. ExplicΓ³ que cada mes proporcionaban a los reclusos 400 bolsas con 15 kilos de alimentos del ComitΓ© Local de Abastecimiento y ProducciΓ³n (Clap) que deberΓ­an consumir los prisioneros enfermos o con desnutriciΓ³n.

No obstante, estos alimentos se entregaban a los pranes para que ellos los distribuyeran en la poblaciΓ³n del penal. Por otra parte, los reclusos seΓ±alan que las autoridades incitan a la violencia para justificar intervenciones armadas de los cuerpos de seguridad puertas adentro.
A raΓ­z de las confrontaciones entre los presos y funcionarios –que escalaron en 2019 y 2020– los controles externos de los cuerpos de seguridad aumentaron para compensar la ausencia de custodia interna. En ocasiones las autoridades han prohibido el ingreso de alimentos, medicinas y agua potable al retΓ©n.



Por esta razΓ³n, los pranes promovieron una protesta y los prisioneros salieron de las instalaciones a exigir atenciΓ³n para los enfermos que estuvieron hasta 72 horas sin agua para beber.

En una ocasiΓ³n, se amotinaron y hasta detonaron seis granadas para ejercer presiΓ³n sobre los militares que mantenΓ­an el acceso vehicular y peatonal restringido. El disturbio terminΓ³ con dos presos fallecidos.

El centro de detenciΓ³n no contaba con sistema de cloacas o agua, segΓΊn se pudo constatar en la visita realizada a estas instalaciones. Los reclusos cavaron dos pozos para obtener agua, pero no es apta para el consumo o aseo personal. Los reclusos pagaban US$0,2 o US$0,5 para llenar botellones de 20 litros de agua en las viviendas prΓ³ximas al retΓ©n o reciben agua de sus familiares. El agua es una necesidad urgente, pues Cabimas tiene permanentemente temperaturas por encima de los 30Β°grados centΓ­grados.

A principios de 2020, al menos 30 reclusas no recibieron atenciΓ³n adecuada. AdemΓ‘s, dos de las cinco prisioneras embarazadas dieron a luz atendidas por sus compaΓ±eras, pues les negaron tanto el traslado a un hospital.
Epicentro de la violencia

La violencia que se generΓ³ dentro del retΓ©n de Cabimas tuvo consecuencias que van mucho mΓ‘s allΓ‘ del Γ‘rea del centro penitenciario. Las disputas por el dominio absoluto de la prisiΓ³n desencadenaron motines de hasta ocho muertos en la ΓΊltima dΓ©cada. En una visita al retΓ©n se constatΓ³ que los pranes utilizan a los reclusos enfermos para llamar la atenciΓ³n y obtener beneficios, como alimentos o medicinas. Los ajustes de cuentas entre las bandas del retΓ©n de Cabimas no solo ocurrΓ­an tras las rejas. Fuera de la prisiΓ³n, los grupos aliados a los pranes tambiΓ©n han librado una guerra. Estas bandas tambiΓ©n se esparcieron por toda la zona oriental del paΓ­s para alzarse con las rutas del microtrΓ‘fico”, detalla un reportaje de El Heraldo.

En junio de 2020, β€œYeico Masacre” encargΓ³ el sicariato de β€œEl Sleiter”y su madre en BogotΓ‘. Ese mismo mes, tambiΓ©n se adjudicΓ³ el homicidio del abuelo de β€œEl Sleiter” en Zulia y llegΓ³ a ofrecer hasta US$1.000 por el asesinato de cada familiar de su rival.

Otra consecuencia fue el aumento de la criminalidad tanto en La MisiΓ³n como en las urbanizaciones del norte de Cabimas: muchos de los habitantes han abandonado sus casas o reforzado la seguridad para evitar la irrupciΓ³n de delincuentes a sus propiedades.



Foto: El retΓ©n de Cabimas se encuentra en una zona residencial

Entre 2018 y 2020 se contabilizaron al menos 46 ataques con explosivos en la regiΓ³n zuliana. De esta cifra, seis atentados se registraron en 2018, 13 en 2019 y 26 en 2020. Las continuas amenazas a comerciantes y empresarios han acelerado el cierre de muchos negocios. SegΓΊn cifras de la FedecΓ‘maras, en 2020 cerraron 800 empresas en el estado Zulia β€œpor el acecho de las megabandas dedicadas a la extorsiΓ³n”. Las acciones delictivas –en especial de la banda de Yeico Masacreβ€” han causado el desplazamiento de comunidades enteras.

Aunque los cuerpos de seguridad procuran limitar las acciones delictivas de las bandas que operan desde el retΓ©n de Cabimas con restricciones a la circulaciΓ³n nocturna de motocicletas en algunos municipios de la COL, estas medidas no han disminuido los Γ­ndices delictivos, ni frenado las actividades de las bandas, lo cual genera problemas de gobernabilidad: el sicariato y el cobro de vacunas son comunes en los siete municipios que conforman la subregiΓ³n. El gobernador del Zulia, Omar Prieto, ha reconocido que las bandas delictivas del retΓ©n de Cabimas buscan imponerse en algunas jurisdicciones, sometiendo a los ciudadanos e incluso a los cuerpos de seguridad.
Ante el incremento del cobro de extorsiones hasta en la puerta del retΓ©n de Cabimas, desde el 2019 instalaron alcabalas del CONAS para controlar lo que ingresa al penal. En uno de los procedimientos, los presos atacaron con granadas el puesto e hirieron a un funcionario.



Las investigaciones seΓ±alan que los autores del sicariato del jefe de la DirecciΓ³n de Inteligencia y Estrategias Preventivas del CPBEZ, Benito Cobis, habrΓ­an salido del retΓ©n por peticiΓ³n de β€œYeico Masacre”.
De la mano con el poder

Los grupos delictivos que operan tanto dentro como fuera del centro de detenciΓ³n han establecido alianzas con policΓ­as y militares de distintos organismos para adquirir armamento y municiones. Las bandas se apoyaba en sus relaciones con el poder polΓ­tico, militar y policial de la regiΓ³n para fortalecer su actividad. Ya sea por acciΓ³n u omisiΓ³n, permitieron el desarrollo y crecimiento de la estructura delictiva que creciΓ³ dentro del retΓ©n de Cabimas.

En noviembre de 2020, el CICPC capturΓ³ a un funcionario de sus filas identificado como Kenny Miguel GuillΓ©n Cardozo, de 29 aΓ±os de edad, junto a un agente del CPBEZ, identificado como Klostermad David HernΓ‘ndez, de 33 aΓ±os, por suministrar β€œartefactos explosivos, armas de fuego y municiones de diferente calibre” a los integrantes de la banda de β€œYeico Masacre”.

Un jefe del CICPC en Zulia indicΓ³ que, al menos el 33 por ciento de los funcionarios de todos los cuerpos de seguridad del Zulia estΓ‘n involucrados con estas bandas criminales. El CICPC calcula que tres de cada diez integrantes de las bandas criminales que operan en el estado Zulia son funcionarios de cuerpos de seguridad. Dicho de otro modo: los organismos policiales y/o militares estΓ‘n infiltrados.
Un funcionario del gabinete del gobernador de Zulia, Omar Prieto, confirmΓ³ la participaciΓ³n de funcionarios en las bandas y mencionΓ³ que estos utilizan las comunicaciones radiales para estar al tanto de los procedimientos y notificar a los delincuentes. Para no ser rastreados, los presos envΓ­an videos y notas de voz a travΓ©s de WhatsApp con nΓΊmeros internacionales.



Las organizaciones criminales vinculadas con el retΓ©n de Cabimas tenΓ­an presencia en los municipios Cabimas, Santa Rita, Lagunillas, Miranda, Baralt, Valmore RodrΓ­guez y SimΓ³n BolΓ­var. β€œAdriancito” y β€œEl Wilson” se reparten los territorios. El primero opera en los municipios Cabimas, SimΓ³n BolΓ­var y Lagunillas. El segundo controla Cabimas y Santa Rita, jurisdicciΓ³n esta que ha sido despoblada por la delincuencia en los ΓΊltimos seis aΓ±os.

Cabimas era administrado por la GobernaciΓ³n del estado Zulia, por lo que las actividades y operaciones criminales que allΓ­ se realizan son posibles gracias a la inacciΓ³n o la complicidad del gobernador Omar Prieto y su equipo de gestiΓ³n que solo se decidiΓ³ a actuar contra cumplir su promesa del cierre del retΓ©n a menos de un mes de las elecciones regionales.

Los detenidos del reciΓ©n demolido retΓ©n de Cabimas fueron trasladados principalmente a las cΓ‘rceles de Sabaneta y El Marite luego de una supuesta negociaciΓ³n entre la gobernaciΓ³n del Zulia con las estructuras criminales del retΓ©n que fueron advertidas para que pudieran sacar sus pertenencias de valor. TodavΓ­a no hay certeza de cΓ³mo serΓ‘ la inserciΓ³n de los presos de Cabimas en los penales seΓ±alados, quΓ© facilidades ofreciΓ³ la gobernaciΓ³n para evitar la violencia en la mudanza del penal y si podrΓ‘n mantener sus operaciones delictivas en sus nuevos sitios de reclusiΓ³n.


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