¿Qué momento político vivimos en el país? ¿ Estamos en una transición? Vamos hacia una? ¿Hay liderazgos para un cambio político?
Nicmer Evans, politólogo, miembro de la dirección general de Marea Socialista y director de Visor 360 respondió estas y otras preguntas como uno de los invitados de la serie “ Voces de la transición” que inicia el espacio Con la Luz, programa que se difunde por Periscope y redes sociales, desde Efecto Cocuyo.
Evans es enfático en señalar que no estamos viviendo una transición, que no podemos hacer comparaciones con otros procesos, pero que además de producirse un cambio político- en 2018, ya no este año- uno de los compromisos ineludibles es castigar a aquellos que con prácticas corruptas han esquilmado el dinero del país.
Analiza el momento actual como un tiempo para empezar a reactivar las fuerzas vivas y prepararse para 2018 cuando es factible que se produzca un megaproceso electoral. Descarta elecciones para este 2017 y sobre todo sostiene que no hay liderazgo visible para un cambio político real.
No obstante, si nota una tremenda variación en la polarización que en su opinión, ha disminuido, el movimiento hacia fuera de los polos de una gran parte de la población que cuestiona tanto a la dirigencia de oposición como del oficialismo y los cambios internos tanto entre factores que apoyan a la MUD como al Polo Patriótico.
“ Sin embargo, esa es una fuerza política que aún no tiene conducción, por lo que es muy factible el surgimiento de cualquier liderazgo, hay un deseo de que emerja una alternativa”.
Agrega que para hablar de transición todo dependerá de si hay o no elecciones en 2018 y se concrete una negociación para que haya una transición acordada, para que la oposición pueda asumir el gobierno y para que el madurismo pueda vivir en un pacto de borrón y cuenta nueva.
Si no hay elecciones, Evans estima que el conflicto en la calle, así como presiones internas y externas pueden generar un cambio de quienes están en el poder.
Aunque no descarta la posibilidad de no llegar a 2018, sino de que un sector de la Fuerza Armada intervenga antes, califica esta opción como ingenua y como la peor porque entre otras cosas se volvería a apostar por el mesianismo.
“Hoy el pueblo ha aprendido. Esperemos que la resolución del conflicto sea en la democracia y que el pueblo pueda tener una opción y tomar decisiones con base en la política”.
Para Evans tampoco puede plantearse el tema de la justicia transicional en los términos clásicos porque, asegura, el gobierno de Maduro es autoritario, pero aún no se puede calificar de dictadura y porque en ese misma linea no son necesarios los incentivos tradicionales para propiciar la salida del poder.
“Plantear una justicia transicional es abrir nuevamente las puertas de la impunidad” sentencia.
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