Apenas unos aΓ±os despuΓ©s de aquel 11 de abril de 2002, el presidente Hugo Chavez confesΓ³ que Γ©l mismo, premeditadamente, habΓa desatado la crisis. Hace 20 aΓ±os ocurriΓ³ un desastre en Venezuela, sobre el que nuevas generaciones prestan poca atenciΓ³n, y los "mayores" sienten obligaciΓ³n de siempre recordar, para que no se reediten los males.
Por el control del negocio petrolero Hugo ChΓ‘vez abatiΓ³ una historia de meritocracia en PetrΓ³leos de Venezuela Sociedad AnΓ³nima (Pdvsa), que habΓa hecho de la estatal venezolana una de las principales empresas del mundo.
La propaganda del gobierno revolucionario ya cantaba "Venezuela ahora es de todos", y por supuesto que tenΓa que pasar por los coros de "Pdvsa ahora es de todos".
Con el silbido de un pito, ChΓ‘vez botΓ³ unas semanas antes del fatΓdico dΓa, a la plana mayor de Pdvsa, motivando el escalamiento de una serie de protestas que ya estaba en marcha, por la imposiciΓ³n de reformas a leyes econΓ³micas, como la ley de Tierras, por "vΓa habilitante".
La efervescencia previa al 11 de abril
En los previos del 11 de abril, tan caldeado andaba el ambiente, que se producΓa el inΓ©dito fenΓ³meno de que la protesta contra las decisiones de Hugo ChΓ‘vez unΓa a los representantes sindicales con los empresariales.
De aquella agitaciΓ³n, el presidente de FedecΓ‘maras, Pedro Carmona Estanga, y el presidente de la ConfederaciΓ³n de Trabajadores de Venezuela, Carlos Ortega, fueron ο¬guras estelares en la conducciΓ³n de la protesta por el inicio del "desmantelamiento de las garantΓas econΓ³micas y sociales de los venezolanos". Ambos estΓ‘n hoy en el exilio.
Para el 11 de abril se convocΓ³ a una gran marcha. El paΓs efervecΓa. La oposiciΓ³n lograba gigantescas concentraciones y movilizaciones en todos los estados del paΓs. El oο¬cialismo movΓa tambiΓ©n a sus masas para "defender sus plazas" y atacar a los grupos adversarios. Ese dΓa de 2002, la agenda central de protesta en la Gran Caracas, convocΓ³ a caminar desde el Parque del Este hasta las instalaciones de Pdvsa en Chuao, donde ahora funciona la Universidad de las Fuerzas Armadas.
Pasado el mediodΓa, el mundo entero enfocΓ³ su vista en Venezuela.
Al llegar a su destino original, la marcha fue reconducida hacia el Palacio de Miraο¬ores, y justo en ese momento, arranca con fuerza una dualidad narrativa sobre lo que en realidad ocurriΓ³: la historia del chavismo y la historia de las fuerzas democrΓ‘ticas.
Justo serΓa, comenta muchΓsima gente, aΓΊn 19 aΓ±os despuΓ©s, que la verdad absoluta se imponga un dΓa, para que se imparta justicia imparcial y transparente.
El comandante del 4F, Francisco Arias CΓ‘rdenas, volviΓ³ luego a las manos de Hugo ChΓ‘vez, y el General Lucas RincΓ³n Romero, sin explicaciΓ³n plena del por quΓ© habΓa anunciado la renuncia del Presidente hace 19 aΓ±os, vive desde entonces una vida cΓ³moda, como embajador en Portugal, sin que lo afecte en nada el "vapuleo" del trance entre la Γ©poca ChΓ‘vez y la Γ©poca Maduro.
Lo que dejΓ³ la rebeliΓ³n
ΒΏQuΓ© vive Venezuela 20 aΓ±os despuΓ©s de ese 11 de abril? Pues las celebraciones del gobierno chavista, con la advertencia a sus adversarios de que "todo once tiene su trece", como se recuerda que en menos de 48 horas Hugo ChΓ‘vez habΓa vuelto a plenas funciones de mandatario.
Pero tambiΓ©n vive la mayor crisis humanitaria, causada por el desmantelamiento de la seguridad jurΓdica y otros derechos maniatados, por los que millones de personas protestaban hace 19 aΓ±os en todos los estados del paΓs.
Si fue de impacto la manera violenta como se terminΓ³ botando a mΓ‘s de 20.000 trabajadores y a sus familias de la comunidad petrolera venezolana; mucho mΓ‘s dramΓ‘tico resulta ver el ruΓn cuadro de Pdvsa hoy y el calibre de los casos de corrupciΓ³n que en torno a esta empresa se desataron.
El detalle de aquel dΓa del "comando militar de los tiburones", y de la actuaciΓ³n de grupos policiales y parapoliciales, seguirΓ‘ dando para la escritura de muchos libros, seguramente y "por ahora", casi con tantas dudas como certezas.
AquΓ se comparte con nuestras audiencias un buen recorrido grΓ‘ο¬co del 11 de abril de 2002. Y que cada quien recuerde y concluya.
Una mirada al pasado: 20 aΓ±os del golpe de Estado a Hugo ChΓ‘vez
βImpactanteβ, βmuy impresionado, βtotalmente desagradableβ, βde sorpresaβ, βalegrΓa y tristeza al mismo tiempoβ. Son palabras que describen la primera impresiΓ³n que tuvieron cinco venezolanos de distinta ideologΓa y condiciΓ³n al recibir la noticia del golpe de Estado a Hugo ChΓ‘vez, y que recuerdan 20 aΓ±os despuΓ©s. La coincidencia: βalgo malo para todosβ.
El miedo, la incertidumbre y la preocupaciΓ³n pensando en lo que vendrΓa despuΓ©s se apoderaron de todos ellos, ideas polΓticas al margen. Chavistas y antichavistas explican a Efe, pasadas dos dΓ©cadas, que no fue una fΓ³rmula acertada y que, en un sistema democrΓ‘tico, no tiene cabida un golpe de Estado.
Unos querΓan que ChΓ‘vez, quien llevaba poco mΓ‘s de tres aΓ±os en el Gobierno, continuara en el poder, mientras otros ansiaban un cambio, pero por la vΓa democrΓ‘tica, sin la violencia que, inevitablemente, lleva aparejada un acontecimiento de estas caracterΓsticas.
βIMPACTANTEβ
Aida MarΓa FernΓ‘ndez, docente jubilada de 63 aΓ±os, recuerda la noticia como algo βimpactanteβ, sobre todo para las βclases popularesβ del oeste de Caracas, de donde esta mujer, abiertamente chavista, procede.
βFue impactante (β¦) todo el oeste de Caracas estaba con ChΓ‘vez. En realidad, sabΓamos de dΓ³nde venΓa todo y todas las personas se prepararon y salieron a la calle para buscar una respuesta positiva y el regreso del comandante. En ese entonces, estaba comenzando el proceso, estΓ‘bamos en un cambioβ, dijo FernΓ‘ndez a Efe.
Sin pensarlo dos veces, recorriΓ³ su comunidad para explicar a sus vecinos lo que estaba pasando, segura de que βtodo era una componenda y que querΓan cambiar el sistema. La oligarquΓa venezolana no querΓa perder el poderβ.
βALEGRΓA Y TRISTEZAβ
Jorge MorΓ‘n, electricista de 59 aΓ±os, reconoce que sintiΓ³ βalegrΓaβ al pensar que ChΓ‘vez se iba y que otros tomarΓan el poder. Pero la sensaciΓ³n durΓ³ poco. Al ser consciente de que un suceso semejante solo podΓa dejar sangre y muerte, el regocijo se tornΓ³ en βtristezaβ.
βLa primera sensaciΓ³n mΓa fue como de alegrΓa y al mismo tiempo tristeza porque hubo muchos muertos, pero sΓ me alegrΓ© un poquito. El impacto de que se iba ese seΓ±or fue grande (β¦) fue algo que nos afectΓ³ a todos porque venΓamos mΓ‘s tranquilitos y a partir de ahΓ comenzΓ³ ya el tiroteo, el desordenβ, recuerda MorΓ‘n.
Tras recibir la noticia, que lo pillΓ³ regresando del trabajo, se fue a su casa, cerca de la sede de la Presidencia, lo que le produjo una desazΓ³n inmediata porque βcomo todo fue alrededor de Miraflores, en lo que uno piensa es en la familiaβ.
βTOTALMENTE IMPRESIONADOβ
Armando Acosta, tΓ©cnico de 62 aΓ±os, quien rechaza con vehemencia cualquier acto semejante, recuerda que se quedΓ³ βtotalmente impresionadoβ por lo que se viviΓ³ aquel dΓa, en el que -lamenta- βmuchos niΓ±os y niΓ±as y personas vulnerables observaron y vivieron ese momentoβ.
Acosta, quien reitera que el suceso fue βlamentableβ, asegura que lo tuvo claro desde el primer momento: βFue un secuestro y realmente se ve la injerencia de otro paΓs, de un paΓs hacia otro paΓs. Cada autonomΓa de cada quien, la decisiΓ³n de la mayorΓa se tiene que respetar. No hay razΓ³n por la que deba existir una injerencia de un paΓs a otro (β¦) no estoy de acuerdo con nada de esoβ.
Cuando ya la noticia habΓa recorrido la geografΓa venezolana y Caracas vivΓa momentos de extrema tensiΓ³n, el hombre se resguardΓ³ en su casa para βevitar cualquier situaciΓ³n adversaβ, ya que βfue un momento bastante delicado, muy difΓcil, porque no se sabe quΓ© puede sucederβ.
βDESAGRADABLEβ
Elisabeth TΓ©llez, de 52 aΓ±os, siente escalofrΓos al recordar aquella jornada que califica de βtotalmente desagradableβ, y βmuy impresionanteβ lo que vio en la calle, que prefiere no describir con detalle.
βDesagradable, totalmente desagradable (β¦) para mi fue impresionante ver lo que vi en la calle, ver gente corriendoβ¦ No fue nada nada agradable. Como venezolana y base demΓ³crata cien por ciento, de familia bien educada, triste, totalmente tristeβ, dijo TΓ©llez a Efe.
Recuerda que, al reaccionar tras el primer impacto, se quedΓ³ βparalizadaβ, sin poder moverse βpara ningΓΊn sitioβ, ya que el toque de queda impedΓa salir o ir hacia un lugar distinto. Veinte aΓ±os despuΓ©s relata con tristeza los momentos de incertidumbre que viviΓ³ al βno saber quΓ© iba a pasarβ.
βSORPRESAβ
A JosΓ© La Rosa, un taxista de 60 aΓ±os, lo pillΓ³ βde sorpresaβ, como a la mayorΓa de venezolanos, que no se esperaban que algo asΓ pudiera ocurrir en su paΓs, cuando ChΓ‘vez apenas llevaba tres aΓ±os en el poder.
Abiertamente antichavista, La Rosa, pese a la sorpresa inicial, lo recuerda con menos impresiΓ³n que el resto de sus compatriotas, ya que considera que todo estaba βorquestado por el rΓ©gimenβ para βver quiΓ©nes estaban con ellos y quiΓ©nes noβ, lo que hizo que se lo tomara con mΓ‘s calma al pensar que todo estaba bajo control.
La sorprendente tranquilidad con que se lo tomΓ³, segΓΊn recuerda, hizo que continuara con sus labores diarias, como si nada hubiera ocurrido: βEn ese momento, yo trabajaba en el ramo licorero y estaba en la calle trabajando y seguΓ trabajando normalmenteβ.
EFE
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